Viernes 31 de Diciembre de 2021 – Evangelio según San Juan 1,1-18

lunes, 27 de diciembre de
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Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron. Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. El no era la luz, sino el testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre. Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios. Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él, al declarar: “Este es aquel del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo”. De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia: porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que está en el seno del Padre.

 

Palabra de Dios

Padre Gustavo Gatto sacerdote de la Diócesis de Villa María

 

 

Queridos amigos es el último día del año día para hacer balance, día para hacer memoria agradecida.

Día también para ensanchar el corazón y esperar el año próximo el 2022 con esperanza y con gozo, con alegria como una nueva oportunidad que nos da el Señor.

En el Evangelio de hoy leemos una vez más el prólogo de San Juan, y nos dice hablando del verbo vino a los suyos y no los recibieron; que interesante esto de que vino a nosotros; es una hermosa afirmación de Fe, una hermosa certeza de Fe para evaluar este año que termina.

Tenemos la capacidad de reconocer cuando Dios vino a nosotros, tenemos la capacidad de poder descubrir agradecidamente la visita De Dios en nuestra vida.

Que tengas un hermoso día, te deseo de corazón un año 2022 cerca de Jesús caminando juntos construyendo el Reino de Dios.