Viernes 4 de Octubre del 2019 – Evangelio según San Lucas 10,13-16

jueves, 3 de octubre de
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¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros realizados entre ustedes, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y sentándose sobre ceniza. Por eso Tiro y Sidón, en el día del Juicio, serán tratadas menos rigurosamente que ustedes.

Y tú, Cafarnaún, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno. El que los escucha a ustedes, me escucha a mí; el que los rechaza a ustedes, me rechaza a mí; y el que me rechaza, rechaza a aquel que me envió”.

 

Palabra de Dios

 

Padre Martín Lampa sacerdote de la Diócesis de Quilmes

 

Escuchar el evangelio implica siempre un cambio de vida, es decir, un proceso de conversión. Jesús nos habla todos los días a través de los acontecimientos que vivimos: nos puede hablar a través de la sanación de un ser querido, donde vemos reflejado el amor de Dios, ante el compromiso de las personas con los pobres, los enfermos, donde vemos manifestado el amor misericordioso de Dios, y de muchas otras maneras.

El problema es que muchas veces estamos distraídos, encerrados en nuestro propio mundo y nos hacemos sordos ante la voz de Dios que nos llama a un cambio de vida, a una conversión constante.

La Biblia usa la palabra “metanoia” para explicarnos qué es la conversión, que significa un cambio de mente y de corazón. Debemos comprender que todas nuestras acciones brotan de nuestros pensamientos y emociones. Cuando nuestro interior es transformado por el amor de Dios nuestra vida cambia y puede reflejar ese amor. Por esto quiero dejarte 3 claves para que podamos vivir en un proceso de conversión constante:

-La primera es la Receptividad: estar atentos receptivos a la voz de Dios, en los acontecimientos, personas y situaciones que vivimos diariamente, nos sensibilizar el camino que Dios tiene para cada uno de nosotros.

-La segunda es leer la palabra de Dios cotidianamente: cuando leemos la palabra alimentamos nuestro interior y dejamos que el Espíritu Santo nos anime, no fortalezca y poco a poco vamos a ir cambiando nuestra mentalidad y nuestro corazón según los criterios del evangelio.

-La tercera y última en la oración: al dedicar todos los días un momento a estar con Dios, abriremos un espacio interior a esa voz del Espíritu, qué quiere guiarnos en nuestro diario caminar para parecernos más a Jesús en todo lo que hagamos cotidianamente: en el trabajo, en la familia, en el estudio, con otros amigos, cuando nos divertimos. En todo momento y en todo lugar podremos reflejar ese amor de Dios.

¡Bueno! espero que haya sido este mensaje de edificación para tu fe! ¡Que Dios te bendiga!