Yéndose volvió

sábado, 10 de septiembre de
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Se fue a orar
y donde había ruido
halló Silencio

Allí donde antes hubo duda
emergió confianza

El que no veía, vio.
El ciego contempló
sus pies de barro en
la tierra firme del amor de siempre

Aquella que quería
gustar de lo acabado,
de la obra terminada,
de la vida serena,
descubrió que el Dios de la Vida
era movimiento
y manos gastadas
y a eso la invitaba

Y allí la buscaba
Y justo ahí la encontraría
si ella se dejaba encontrar
en medio del vendaval,
en lo de todos los días,
en la soledad
y en el tiempo compartido,
en su agenda al compás
de un ritmo humano
que da lugar a la risa y al llanto,
al trabajo y al descanso,
a la búsqueda y al encuentro.

Se fue a orar.
Se dejó amar.
Aceptó la invitación .
a dar el próximo paso,
a confiar,
a gastarse,
a entregarse toda,
a gustar,
a esperar,
a amar de lleno,
a vivir en plenitud.

Se fue y yéndose volvió.