Para acompañar y rezar por tantos que se ponen en camino para anunciar el evangelio por todas partes.
Con la luz de la vida en sus ojos,
con una canción en su voz,
va recorriendo el camino
el mensajero de Dios.
Va a transmitir al pueblo las promesas
y la misericordia del buen Dios,
con alegría en el rostro
y amor en su corazón.
Joven que trabaja por la paz,
la fe, la esperanza y el amor,
Va de casa en casa por el pueblo,
visitando a la gente del lugar,
ellos lo reciben con bondad
y con generosidad.
Comparte juegos con los niños,
y mates con los jóvenes también.
Planta una semilla en todos ellos
que después germinará.