San Antonio de Padua

lunes, 13 de junio de 2016
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San Antonio de padua

Cada 13 de junio la Iglesia celebra a San Antonio patrono de mujeres estériles, pobres, viajeros, albañiles, panaderos y papeleros. Además se le invoca por los objetos perdidos y para pedir un buen esposo/a.

Nacido en Portugal, adquirió el apellido por el que lo conoce el mundo, de la ciudad italiana de Padua, donde murió y donde todavía se veneran sus reliquias.

A los 15 años ingresó a los Canónigos Regulares de San Agustín. Diez años después ingresó a los Frailes Menores Franciscanos. Se dice que era un predicador elocuente con una voz clara y fuerte, una atractiva sonrisa y una maravillosa memoria. Llamado “Doctor Evangélico”. Escribió sermones para todas las fiestas del año. Con el celo de un apóstol emprendió la tarea de reformar la moralidad de su tiempo combatiendo de forma especial la lujuria, la avaricia y la tiranía. Su obra escrita son los Sermones en latín.

San Antonio de Padua posee el récord de la canonización más rápida de la historia. Fue declarado santo 352 días después de su deceso, el 30 de mayo de 1232, fiesta de Pentecostés. Su muerte acaeció un 13 de junio, día de celebraciones populares en Lisboa

León XIII lo llamó “el santo de todo el mundo”, porque su imagen y devoción se encuentran por todas partes.  El santo decía que “el gran peligro del cristiano es predicar y no practicar, creer pero no vivir de acuerdo con lo que se cree”.

 

La oración

“La oración es una efusión de cariño hacia Dios, un devoto y familiar dialogo con Él, un descanso de la mente iluminada desde el alto que trata de gozar de Él cuanto más es posible. La oración también es el solicitar los bienes temporales necesarios a la vida presente pero los que los piden al Señor con verdadero espíritu cristiano, siempre subordinan la propia a Su voluntad, aun cuando si el rezar los empuja únicamente la necesidad: sólo el Padre celestial sabe que realmente nos es necesario en el orden temporal. La oración es la acción de gracias, es decir, reconocer los beneficios recibidos y ofrecer en cambio a Dios todas nuestras obras, de manera que nuestra oración sea continua”.

 

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