San Martín de Tours

miércoles, 11 de noviembre de 2015
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Cada 11 de noviembre la Iglesia celebra a San Martin de Tours, soldado, patrono de la Ciudad de Buenos Aires y de esa Arquidiócesis.

Nació en Panonia, Hungría por el año 316. Era hijo de padres no creyentes; su papá un veterano del ejército. Lo nombraron Martín en homenaje al dios Marte, el dios soldado. Desde los 15 años ya vestía el uniforme militar.

Durante más de 15 siglos, ha sido recordado por el hecho que le sucedió siendo joven. Estando de militar en Amiens, Francia, cuando ejercía el camino del catecumenado, un día frío, de invierno, se encontró por el camino con un pobre hombre, que estaba tiritando de frío, y a medio vestir. Martín, como no tenía nada para darle, desenvainó la espada, y dividió en dos partes su capa. Entregando la mitad al pobre. Esa noche, vio en sueños a Jesucristo. Se le presentaba vestido con el medio manto que él había regalado al pobre, y oyó que le decía: – Martín, hoy me cubriste con tu manto. El medio manto que cortó san Martín, fue guardado en una urna y se le construyó un pequeño santuario para guardar esa reliquia. Como en latín, para decir medio manto, se dice capilla, la gente decía; vamos a orar donde está la capilla. Y de ahí viene el nombre de capilla. A los pequeños oratorios donde nosotros participamos del culto.

Movido por este sueño se hace bautizar y pide retirarse del ejército al afirmar: “Soy soldado de Cristo, no puedo hacer la guerra”. Entonces comenzó a llevar una vida de asceta en Treves y más tarde en Poitiers donde, como discípulo de san Hilario, vive en penitencia y oración.

Años después es consagrado obispo de Tours, Francia, en contra de sus deseos, allí fundó el monasterio de Marmoutier a orillas del Loira. Se destaca allí como misionero, por lo que es llamado Apóstol de las Galias: junto con sus monjes evangelizan más allá de su diócesis.

Por la difusión de su palabra y de su ascética y por sus numerosos milagros provoca un número increíble de conversiones y murió en Candes el 8 de noviembre de 397: Fue uno de los primeros santos no mártires venerado como santo por el pueblo. 

 

 

Patrono de Buenos Aires

Un hecho curioso llevó a que San Martín fuera designado patrono de la Ciudad de Buenos Aires fue en octubre de 1580.

A poco de fundada la Ciudad por segunda vez, sus autoridades, encabezadas por los cabildantes, los alcaldes de Hermandad, y los representantes del clero, se reunieron en el Cabildo para designar al Santo bajo cuya protección iban a colocar al incipiente poblado. Cuenta la tradición, que se transmitió oralmente, que en esa oportunidad se pusieron los nombres de los “candidatos” dentro de una galera y llamaron a un niño para que extrajera uno.

El nombre que salió fue el de San Martín de Tours, a lo que las autoridades hispanas pusieron “peros”: “¡Un santo francés jamás!”. La operación se repitió y el nombre de San Martín de Tours volvió a salir consecutivamente dos veces más, no quedaron dudas de que el Santo de las Galias debía ser el patrono de Buenos Aires.

Como dice el poeta Francisco Luis Bernárdez en su Oración a San Martín, éste, “no teniendo con qué socorrer al mendigo, como aquella causa era justa, desenvainó la espada que llevaba al cinto, rasgó por el medio su capa, le alargó la mitad y siguió su camino, llevando la otra mitad para cubrir espiritualmente al pueblo argentino, que, con el andar de los años, había de nacer aquí, donde nacimos”.