Santos Louis Martin y Zélie Guérin, papás de Santa Teresita

martes, 12 de julio de 2016
image_pdfimage_print

santos-louis-martin-y-zc3a9lie-guc3a9rin1

Por primera vez, celebramos a los santos Celia y Luis Martin, padres de Santa Teresita del Niño Jesús. Fueron canonizados el 18 de octubre del 2015 mientras se desarrollaba el sínodo extraordinario de la Familia.  Se designó como fecha de celebración de los Santos Luis Martin y Celia Guerin el 12 de julio, fecha en que contrajeron matrimonio.

Santa Teresita de Lisieux escribió una vez:”Dios me ha dado un padre y una madre más dignos del cielo que de la tierra”(Carta 261).

¿Quienes fueron estos padres tan maravillosos?

Louis Martin (1823-1894) y su esposa Zélie Guérin (1831-1877), padres de nueve hijos, cuatro de ellos fallecidos en tierna edad, fue el segundo matrimonio beatificado simultáneamente después de los italianos Luigi y Maria Beltrame Quattrocchi(fallecidos en 1951 y 1965 y beatificados en 2001 por San Juan Pablo II).

Sin duda fascina la valentía de esta familia que, después de diecinueve años de matrimonio, ante la crisis económica que afligía a Francia, queriendo garantizar bienestar y futuro a sus hijos, halló la fuerza de dejar Alençon y trasladarse a Lisieux, como tantos hombres y mujeres de nuestro tiempo, “emigrantes” en busca de lo que pudiera hacer más bella la vida y concreta la esperanza. Hay una belleza que emana de su trabajo artesanal emprendedor: Luis Martín, como relojero y joyero; y Celia Guérin, como pequeña empresaria de una taller de bordado. Junto con sus cinco hijas, emplearon tiempo y dinero en ayudar a quienes tenían necesidad. Su casa no fue una isla feliz en medio de la miseria, sino un espacio de acogida, comenzando por sus obreros. El matrimonio Martin nos recuerda que existe una ética que debe imbuir la vida de los empresarios, poniendo en el centro el valor de la persona humana (cf. Populorum progressio, 42-44). Anima su testimonio cristiano de laicos, vivido dentro y fuera de las paredes del hogar, a través de la belleza de su vida, la fascinación de los sentimientos, la transparencia del amor, sabiendo dedicarse tiempo, porque “el amor no es un trabajo para hacer deprisa” (M. Noëlle). El compromiso eclesial de los esposos Martin recuerda que “la futura evangelización depende, en gran parte, de la iglesia doméstica” (Familiaris consortio, 52), y tiene el sabor de la ternura.

El cardenal Saraiva Martins, prefecto emérito de la Congregación para las Causas de los Santos, en la basílica de Lisieux (Francia)  les presentó como “un don para los esposos de todas las edades por la estima, el respeto y la armonía con que se amaron durante 19 años”.

Son también “un don para los padres” y “para todos aquellos que han perdido a su esposo o esposa”.

“La viudez es siempre una condición difícil de aceptar –reconoció–. Louis vivió la pérdida de su esposa con fe y generosidad, prefiriendo el bien de sus hijos a sus gustos personales”.

Por último, dijo, estos esposos son “un don para quienes afrontan la enfermedad y la muerte”. Zélie falleció de cáncer, Louis terminó su existencia a causa de una artereoesclerosis cerebral. “En nuestro mundo, que trata de ocultar la muerte, nos enseñan a mirarla cara a cara, abandonándose en Dios”, aseguró.

 

Fuente: Material elaborado en base a Web Católico de Javier y caminando con Jesús