Los hermanos, los mejores testigos de la niñez

viernes, 26 de junio de 2015
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26/06/2015 – El médico pediatra Enrique Orchanski, en diálogo con Radio María, comentó la importancia de la figura de los hermanos en el crecimiento de las personas. “Los hermanos son los mejores testigos de la niñez. Nuestra niñez tiene versiones, la peor es la que uno conserva, porque está velada por la necesidad de olvidar y recordar algunas cosas. En realidad uno es mal testigo de su propia infancia. Otros testigos podrían ser los padres, pero la realidad dice que los padres están tan ocupados en educar que son malos testigos también. Hasta los más ocupados y disponibles, no ofrecen un testimonio fiel”, señaló.

“Un hermano ofrece la impiedad, son sanamente impiadosos; ellos viven bajo el mismo techo, comparte, compiten, pelean, y gracias a Dios que eso existe porque es el desafío más seguro para saber lidiar con otros. El aprendizaje de cómo se establecen las relaciones con los otros está en la fraternidad. Un hermano dice de frente, compite por la preferencia de los padres”, agregó el doctor.

“Los hermanos se llevan, si bien o mal depende los molestos que sean en la casa. Hay que confiar en las hermandades, ellos saben, en general, medir el límite, el golpe sin lastimar, el insulto para que el otro lo perdone. Saben que tienen algo muy profundo que los une, que establece el límite al otro. Es el mejor otro que uno tiene en la infancia, y el otro le dice hasta acá llegamos, este es tu limite”, opinó.

Respecto a la reducción del número de nacimientos en el mundo, que derivó en familias menos numerosas a las de antes, analizó: “Se redujeron por razones de organización, vivienda, económicas, de tiempo y crianza, y la elección de priorizar el cuerpo para que no sufra los 15 embarazos de principios del siglo XX. En este momento, estamos en un promedio de 2,4 hijos por mujer, lo que marca un descenso notable en un siglo. Hay un cambio de paradigma importante”.

“Hay mucho hedonismo, individualismo y personas que priorizan primero a ellos y después a la pareja, y cuesta abrirse y transformarse en una familia, que empieza con los hijos. En el otro extremo están parejas desesperadas por tener, pero lo real es que hay una reducción del número de hijos. China tuvo que pagar impuestos muy caros por mayor número de hijos, por lo que tienen solo uno, y en lugares de ese país se dejo de usar la palabra hermanos, y si no hay hermanos, se acaban los testigos, las peleas, la educación con muchos hermanos, que son grandes educadores. Puedo atestiguar la rehabilitación de chicos con capacidades especiales gracias a sus hermanos, que los tratan como un par, no como el pobrecito de la silla de ruedas”, añadió.

 

Cuando no hay palabras aparece la violencia

“La disputa entre hermanos que se centra en la preferencia es natural, siempre van a buscar el lugar de preferencia para los padres, eso es normal. Yo veo en los chicos peleas que son repeticiones de peleas entre adultos. Cuando no surge la palabra surge la violencia, la trompada en la cara, y esto lo vio en el noticiero, o en Youtube, o que el padre le pega a la madre. Hay menos tolerancia en este momento, comparado con otro momento donde la palabra, que pacifica, se interponía. Los chicos repiten modelos que no son peleas infantiles”, indicó Orchanski.

“Los padres no deben desesperar, mostrarle a los chicos que hasta lo más complicado puede resolverse hablando. Esto es una realidad, un trabajo paterno, que debe mostrar cómo lo hace con palabras, porque si le pega al perro porque ladra mucho le enseña a golpear al chico. Si uno plantea un estilo de crianza donde prime la palabra, los chicos jamás se van a dañar”, reflexionó.

“La familia es mucho más que el grupo que lleva el mismo apellido. En ese grupo amoroso de límites y transferencias, los hermanos tienen una característica muy particular. La psicología ha descuidado un poco las relaciones horizontales, entre hermanos. No todo es padre o madre, los hermanos crían de una manera donde el mayor, que le puede llevar 20 años al menor, tiene un rol de padre en familias numerosas”, remarcó, respecto al lazo que une por siempre a cada persona con sus hermanos.