Una poda que da muchos y buenos fruto

miércoles, 2 de mayo de 2018
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fruto

02/05/2018 – El Evangelio de San Juan tiene diferencias marcadas con respecto a los otros Evangelios. Una de ellas es que el autor no se contenta con reproducir más o menos literalmente las Palabras pronunciadas por Jesús y conservadas por la tradición de la comunidad primitiva sino que a partir de ese acontecimiento, de esas Palabras y esas tradiciones ofrece a los lectores largos desarrollos que permiten contemplar las profundidades que se ocultan en esos dichos y en esos acontecimientos.

Catequesis en un minuto

 

 

 

“Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. El corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía. Ustedes ya están limpios por la palabra que yo les anuncié. Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer. Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde. Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán. La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos”.

Juan 15, 1-8

Jesús es la vid

Jesús habla de la vid pero añadiendo que El es la vid verdadera. Con ésta aclaración “verdadera” la vid del Antiguo Testamento queda no como falsa sino como figura que preparó la llegada de la vid, Cristo Jesús. Jesús se identifica con el nuevo pueblo de Dios: “Soy la Vid”

Esta unión es en términos de amor que nos une, que nos permite ir y volver, salir y entrar sin dificultades. La savia de la vid es el amor que fluye y que va y que viene Cuando un sarmiento por distintos motivos no deja llegar ésta savia a su ser entonces se lo arroja afuera

Cuando el sarmiento es podado da más fruto. Es como que la savia encuentra un límite en aquel lugar donde se corta el sarmiento y empieza como a generar sobre aquel lugar del límite el desarrollo con mayor fuerza por toda la vitalidad que trae la savia del amor y hace que más frutos se produzcan. Es un lugar interesante para leer las pruebas por las que Dios nos va haciendo pasar.

Catequesis completa