Cuando parece que Dios calla

martes, 16 de diciembre de 2014

pesebre20

En un silencio elocuente, en medio de la noche y de la persecusión, Dios se hizo hombre. Sus padres abrieron un camino y con su sí generoso nos trajeron la presencia del Dios vivo. María y José nos abrieron un camino en quien venía a ser el Camino.

A la Navidad se entra por este camino que nos muestra la Palabra hoy, por la obediencia. Esta palabra proviene de escuchar y la aceptación de lo que nos dice. La obediencia es fruto de la escucha interior y por eso al territorio de la Navidad se llega en la noche de los silencios donde todo se acalla y donde lo que antes nos hablaba ya nada habla. Los grandes silencios son los preludios de grandes palabras.

Por lo tanto en algunos silencios y noches de nuestras vidas tenemos que disponernos interiormnte para recibir las palabras con las que Dios viene a nuestro encuentro. A Dios solo se lo recibe después de largos silencios, de la sensación de vacío donde pareciera que nada nos dice nada. Suele pasarnos y lo identificamos con el cansancio, con el agotamiento, con una cierta tristeza y pensamos que somos nosotros mismos la ocasión de haber generado este espacio y es posible que así lo sea.

Hay una dimensión, la de los silencios que nos habitan por dentro, donde las cosas ya no nos dicen lo que antes nos decían, y es porque posiblemente las cosas de todos los días nos estén por decir algo diferente desde un Dios que nos quiere despertar del sueño a su presencia. Es la Palabra de Dios hecha carne la que viene a nuestro encuentro; su elocuencia está manifestada en un niño que llora, jadea, mama y no dice nada, y a la vez todo está dicho segun los testimonios de los magos “porque nos ha nacido un rey”. Dios nos quiere visitar y despertarnos de un vacío silencio donde hay que darle tiempo, y lo nuevo por el camino de la sencillez y la simpleza nos invita a esperar obedientemente, es decir con una profunda actitud de escucha.

El niño sigue eligiendo para nacer los lugares pobres y oscuros de nuestros corazones. En cualquier de nosotros y en cualquiera de los hermanos, el niño viene a nacer.

 

 

 P. Javier Soteras

Director de Radio María Argentina

Extraído de la Catequesis del día 16/12/2014