¡Feliz día, mamás!

viernes, 18 de octubre de 2013
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Este fin de semana es el día de la madre, y para celebrarlo, compartimos un hermoso poema del Padre Eduardo Casas. ¡Feliz día, mamás! Gracias por transmitir el rostro materno de Dios con sus vidas.

Ser madre

 Ser madre es una mujer que decide duplicar su cuerpo y extender su alma en otra persona que está pidiendo permiso a la vida para asomarse a este mundo, necesitado de su amor y su cuidado.

Madre es quien decide quedar transformada, desde adentro, empezando por su cuerpo, que se hace, a la vez,  hogar y cuna.

Es ser una mujer habitada por quien le pide todo: su cuerpo, alma, energía y tiempo. Incluso asume su sustancia, de la cual se alimenta y toma sus propias defensas físicas y su sangre por el que navega el río de vida.

Para el nuevo ser concebido, la madre es todo. No es sólo la conexión a la vida. Ella es la vida entera. La vida misma. Sin ella, no late. Los dos son uno. La gestación es como una metáfora concreta, corporal, carnal y viva de lo que soñamos del amor: Que dos se hagan uno.

En el amor materno se empieza siendo uno para luego, después del parto y el nacimiento, sean dos. En los otros amores de la vida, se empieza siendo dos para luego, intentar ser uno.

Algunos afirman que en todo amor uno busca rastros de ese vínculo, el más estrecho, el más unificado.

La madre siempre es madre en todas las etapas y en todas las edades del hijo y -aunque es distinto el modo de ser madre en la niñez, en la adolescencia, en la juventud, en la madurez o en la vejez- tanto madres como hijos vamos transitando distintas etapas y diversos momentos del vínculo. Nadie viene sabiendo cómo es ser madre o ser hijo. Lo vamos aprendiendo juntos, lenta –gozosa y dolorosamente- a la vez.

Somos y nos vamos haciendo, en mutua colaboración, madres e hijos. La maternidad es un don y una construcción, un recíproco aprendizaje.

Padre Eduardo Casas