Las cartas de la tribulación: Francisco propone el espíritu paternal que vence la confusión y el derrotismo

viernes, 15 de febrero de 2019

 

 

Por Javier Cámara

15/2/2019 – “El espíritu paternal, ese espíritu de padres es lo que vence la confusión y el derrotismo. Un padre nunca se confunde ni es derrotado, porque su amor no es amor propio sino de su familia. El amor discierne bien y vence todo temor. Un padre, una madre se pueden equivocar, pero no se confunden; se corrigen y van adelante. Tienen clara su misión y lo que deben dejar en herencia”.

Con estas palabras, el padre Diego Fares, jesuita, discípulo de Jorge Bergoglio y escritor de la Civiltà Cattolica, describió lo que, según su parecer, es el mensaje central de “Las cartas de la tribulación”, el libro que reúne los escritos de dos superiores generales jesuitas de los siglos 18 y 19, dos prefacios firmados por quien hoy es el Pontífice de la Iglesia; y otros textos de los sacerdotes Antonio Spadaro, James Hanvey y el propio Fares, todos de la Compañía de Jesús.

Aquellas primeras “cartas de la tribulación” fueron publicadas por Bergoglio en 1987, y ofrecidas por él para un camino de discernimiento en un momento particular de la Orden fundada por San Ignacio. Pero ahora, en razón de las  circunstancias que han colocado a la Iglesia en un tiempo de “tribulación” (la persecución religiosa, los casos de abuso, etcétera) el Papa ha querido volver a ofrecerlas al Pueblo de Dios junto con nuevas guías de lectura y meditaciones.

Desde el padre Fiorito hasta los abusos

Entrevistado por Radio María Argentina, el padre Fares describió la obra, y se metió de lleno en los temas espirituales más importantes que se juegan hoy en el discernimiento sobre las tribulaciones en la Iglesia. Desde ese lugar, recordó al padre Miguel Ángel Fiorito (1916-2005), “maestro, inspirador y fundador de una escuela de discernimiento” en la provincia argentina de la Compañía de Jesús.

Luego destacó algunos párrafos de las antiguas y las nuevas cartas, entre ellas las del Papa a los obispos de Chile sobre los abusos, y dijo que a Francisco siempre le ha gustado “aprender de nuestros mayores el modo de padecer, el modo de cargar bien la propia cruz, y pasarla en herencia”. Y de esta herencia de los mayores remarcó una actitud espiritual como la más importante y la primera que hay que buscar en tiempos de desolación: ni deprimirse ni borrarse, sino seguir adelante, reconocer las equivocaciones, pedir perdón, luchar por la familia, por la patria, por la Iglesia. Así se lleva adelante la misión y se hace el bien que se puede”.

Cuando se le preguntó si ahora estamos “en  un tiempo de tribulación por una ‘persecución encarnizada del Maligno'”, Fares dijo que “la persecución del Maligno se da siempre en la Iglesia y en la vida del Señor Jesús”. Pero aclaró: “El Maligno persigue a Jesús y al evangelio; nosotros no le interesamos sino en la medida en que estamos unidos a Jesús y difundimos su Evangelio. La prueba está en que si uno se aleja de Jesús el demonio deja de perseguirlo. Más bien lo seduce y hasta le da una manito si uno se le agacha o mira para otro lado cuando lo ve actuar mintiendo y destruyendo”.

Luego enumeró varios signos o hechos concretos de persecución que se dan hoy contra la Iglesia (desde la política, desde el periodismo, las acusaciones falsas, entre otras), pero concluyó que “la persecución actual del Maligno es contra el Evangelio mismo, contra el anuncio de una buena noticia, la de la misericordia incondicional del Padre y la de la resurrección de Jesús que no temió padecer haciéndose cargo de nuestros pecados”.

Cómo afrontar la persecución

¿Cómo afrontar esa persecución? ¿Hay que denunciarla? Cuando se lo preguntamos, Fares respondió: “El padre Fiorito le decía a Bergoglio que estaba bien denunciar la persecución injusta, incluso con indignación, pero que no había que transmitir la propia desolación. A veces, en los que denuncian algo justamente, con rabia legítima incluso, se cuela la desesperanza, la desolación. Y esto no es de Dios. En cambio cuánto bien hace cuando la misma víctima perdona, mira para adelante, no transmite resentimiento sino esperanza”. Al respecto, Fares agregó que “detrás de todo abuso, de todo pecado, siempre el demonio siembra primero desolación. Cuando uno está dando la vida con alegría por los demás no se le ocurre hacer daño a otro”.

¿Entonces, le preguntamos, cómo hay que luchar bien, como nos pide el Papa? “Para luchar bien -respondió Fares-, lo primero es hacer frente al espíritu de derrota, que es la principal tentación. Y para ello el Papa recomienda «festejar» cada vez que el Señor vence en nuestra vida, haciendo dar un pasito adelante el evangelio, haciendo real alguna de las bienaventuranzas y de las obras de misericordia. Hay que hacer una pausa y festejar. Eso es muy sano y muy cristiano. La Eucaristía es un festejo cotidiano, en medio del trabajo y la lucha. El otro paso es «no obstinarse en usar exclusivamente criterios empíricos para combatir el mal». El mal se combate con armas espirituales. No basta la buena voluntad ni la psicología ni la sociología. Hace falta discernir el demonio, echarlo, derrocarlo, no solo resistirlo. Los otros dos pasos para luchar bien son: No dejar de soñar con ofrecerle al Señor una entrega más bella y no asustarse por las cosas grandes y a la vez estar atento a lo más pequeño, eso es divino”.

La edición en papel del libro “Las cartas de la tribulación” todavía no se consigue en Argentina, pero sí puede comprarse en formato digital (e-book), a un precio de 7,49 euros, que equivale a 323 pesos, según la cotización de este viernes 15 de febrero. Puede adquirirse en este link: https://www.casadellibro.com/ebook-las-cartas-de-la-tribulacian-ebook/9788425442933/9069445.