Este 4 de agosto celebramos el día del párroco, en memoria de San Juan María Vianney, quien se dedicó con empeño a la conversión de su parroquia. Y, en ocasión de esta celebración, el padre Ángel Rossi compartió una reflexión dedicada a los párrocos y a todos los sacerdotes.
El sacerdote jesuita comenzó citando al Papa Francisco quien dijo que “los ministros de la Iglesia tienen que ser misericordiosos, hacerse cargo de las personas como el buen samaritano que lava, limpia y consuela a su prójimo. Deben ser personas capaces de caminar con las personas en las noches, descendiendo a su oscuridad sin perderse. Capaces de apoyar con paciencia los pasos de Dios en su pueblo”.
En cuanto a las características de un buen pastor, al modo de Jesús, dijo el padre Rossi: “un guía afectuoso, comprensivo, realista, atento a lo esencial, que no se deja engañar, capaz de infundir esperanza, apto para enseñar, que corrige con dulzura hasta a los adversarios, que no apaga la mecha que se extingue, al que pueden acudir todos los agobiados para ser aliviados…”.
“El pastor es una persona dispuesta a derramar su sangre por su rebaño. El pastor se vuelve pasto para sus ovejas” -señaló el padre Angel citando a San Agustín- “que es la figura de Jesús en la Eucaristía”.
Escuchá la reflexión completa del padre Ángel al inicio de esta nota
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