El Señor es mi Pastor que no me priva de nada en las praderas fresquitas de pasto verde me sacia y me lleva a los arroyos donde el agüita es más clara.
El Señor es mi Pastor nada me puede faltar (bis)
Como una cuestión de honor se preocupa de mi vida me lleva por buena senda y me asiste en las fatigas y yendo con El no temo las quebradas más ariscas.
Saber que El marca mi rumbo me sosiega y tranquiliza El me brinda su confianza hasta entre gente enemiga, me hace sentar a su mesa y de su copa convida.
Qué lindo saber que tengo su cariño y su alegría que siempre vendrá conmigo a lo largo de la vida y un día será mi casa, la casa donde El habita.
Adaptación salmo 22