Hoy celebramos como Iglesia la Solemnidad del “Corpus Christi”, fiesta en la que como cristianos afirmamos nuestra fe en la presencia real de Jesús en la Eucaristía. Ésta fiesta comenzó a realizarse en Lieja, Bélgica, en el año 1246 y fue extendida por el Papa Urbano IV a toda la Iglesia occidental.
“En la Última Cena, Jesús dona su Cuerpo y su Sangre mediante el pan y el vino, para dejarnos el memorial de su sacrificio de amor infinito. Con este “viático” lleno de gracia, los discípulos tienen todo lo necesario para su camino a lo largo de la historia, para hacer extensivo a todos el Reino de Dios”, había señalado el papa Francisco en torno a la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Cabe resaltar, que la Eucaristía, ha sido la fuente de vida de todos los santos, por ello, muchos se han expresado:
San Luis María Griñón de Monfort, expresó que “Antes de la Comunión… suplica a esta bondadosa Madre que te preste su corazón para recibir en él a su Hijo con sus propias disposiciones”.
Santa María Goretti dijo, “La Santa Eucaristía es la perfecta expresión del amor de Jesucristo por el hombre, es la quinta esencia de todos los misterios de su vida”.
Por su parte, Santa Teresa de Calcuta, dijo que “Cuando miras la cruz, comprendes cuanto te amó, cuando miras la Eucaristía, comprendes cuanto te ama”.
Hoy tenemos la oportunidad para reafirmar con gran gozo nuestra fe en la Eucaristía, el Misterio que constituye el corazón de la Iglesia y dar las gracias al Señor, que desde allí sigue amándonos hasta el extremo.
El sacerdote jesuita Ángel Rossi reflexionó sobre la Eucaristía, escuchalo haciendo click en la barra de audio.
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