Cuando Bergoglio habló sobre voluntariado en Radio María

jueves, 8 de octubre de 2015
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08/10/2015 – Cuando el Papa Francisco era monseñor Jorge Bergoglio, participó en Radio María en el programa “Voluntariando”, animado por voluntarios de Manos Abiertas. En esa ocasión se refirió al voluntariado de los jóvenes, y dijo que éste supone “despojo de sí mismo”, y que el desafío de la Iglesia “es tener inventiva para crear espacios de voluntariado”. En la siguiente nota, se pueden leer algunos conceptos del “Padre Jorge” a la emisora, en 2011, algunos meses antes de ser elegido Obispo de Roma.

“El voluntariado nace de una actitud de servicio, que vos la podés ejercitar dejando pasar a una persona primero, o haciéndole un favor al vecino, esos son los pequeños voluntariados de cada día, actos de verdadero amor y caridad, hasta una dedicación regulada, temporal, acotada, en medio de una organización eclesial”, comentó.

“El desafío que tenemos los hombres y mujeres de Iglesia es crear espacios de voluntariado. Las organizaciones, las parroquias, los grupos eclesiales, las diócesis tienen que crear espacios, ser inventivos, para que el voluntario trabaje y el Señor haga milagros. Crear esos espacios supone una imaginación apostólica muy grande”, precisó.

¿Cómo permanecer en el voluntariado?

“El voluntariado no es una cosa tuya, si decís que vas a ser voluntario por tu propia fuerza al mes y medio perdiste. Es una gracia del Espíritu Santo, una vocación, que tenés que abrir el corazón para que el Señor te la de, y si la pedís te la da. Los medios para conservarla son la oración, recordar que lo hacés por Jesús, que las personas a las cuales servís son Jesús. El voluntariado en la Iglesia tiene una estructura teologal, de despojo de sí mismo”, afirmó Bergoglio.

“ En la vida siempre hay fracasos, porque el demonio no está quieto, pero hay que alimentarla con la oración, con la predicación. Los que nuclean a los voluntarios tienen la obligación de pastorear, no le podés decir al voluntario que hagan algo y que Dios los ayude, porque los perdés, o se desvían, o se cansan y se van”, agregó.

“El voluntariado supone despojo. Esa actitud de estar al servicio de los demás es despojante, porque no tenés los ratos que quisieras para vos, lo cual tampoco te quita la alegría que te da la gratuidad familiar, por ejemplo. Si querés ser voluntario tenés que ir por el camino del despojo, despojarse de la propia voluntad, porque la gente a la que vas a servir, sea donde sea, te va a traer problemas y tenés que abrazarlos como se abraza a una cruz, para que esa gente se sienta mejor, más acompañada, contenida. El voluntariado supone cruz”, consideró el padre Jorge.

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El voluntariado en los jóvenes

“A los jóvenes voluntarios les diría que se hagan cargo que están ejerciendo una militancia, que trasciende lo meramente social y filantrópico, es una militancia por la carne de Jesucristo en la persona del hermano. A cada voluntario le diría que la vida Dios la da para gastarla bien, y si querés una palabra más fuerte, para quemarla. Quemá la vida en algo noble, sirviendo a los demás. No vivas en el encerramiento de la autorreferencialidad”

“No te desanimes, ser voluntario cuesta. La propuesta del mundo es alienante, es dispersante, para divertirte. La grandeza de un corazón se forja en el amor, y ser voluntario supone fundamentalmente capacidad de amar”, aconsejó a los jóvenes, y cerró con la misma frase que pocos años después se volvería popular en todo el mundo durante su papado: “Recen por mí que lo necesito”.