El Padre Ángel Rossi sj presenta: “La desolación en el discernimiento espiritual”

lunes, 10 de marzo de 2014
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10/03/2014 – El sacerdote jesuita Ángel Rossi presentó una conferencia en la que que nos adentró en las reglas de discernimiento de San Ignacio. En este primer espacio, dedicó su reflexión a la desolación espiritual. 

"Nuestro enemigo nos pone todo inconveniente posible para desviarnos de lo que hemos comenzado, trata de tirarnos abajo poniéndonos muchas veces tristezas, sin saber nosotros por qué estamos tristes" dice el P. Ángel Rossi citando a San Ignacio de Loyola.

El viernes 14 de marzo desde las 22,30hs, se emitirá la segunda parte en la cual el sacerdote jesuita abordará la consolación.  Ambas profundizan en los dos grandes movimientos espirituales: desolación y consolación.

Las conferencias se dan en el marco de los próximos Ejercicios Ignacianos que se emitirán en Radio María desde el 19 de marzo, de lunes a viernes, entre las 8 y las 9,15hs. Este año el espacio estará a cargo del Padre Fernando Cervera sj. 

 

Consolación y desolación

Hay dos reglas de San Ignacio que muestra las dos grandes estados del corazón: consolación y desolación. La consolación debería ser nuestro estado habitual, inflamados en amor a Jesucristo, al creador, un espíritu que se sienta fortificado en su fe y esperanza, con fervor interior. Eso que en Brochero llamábamos “el celo misionero”, una persona atraído por las cosas de Dios. Ante este estado de consolación, San Ignacio dice que hay que aprovecharlo para cuando lleguen momentos de desolación, y a la vez vivirlo en humildad, sabiendo cuánto necesitamos de el Señor.

La otra situación es la de desolación espiritual, cuando sentimos oscuridad en el alma, turbación en ella, compulsión a las cosas bajas y terrenas, inquietud de varias agitaciones y tentaciones, que nos llevan a desconfiar, y nos sentimos sin esperanza, sin amor, con ánimo perezoso, tibios y tristes, con el alma como separada de Jesús nuestro Creador y Señor. Hay que estar atentos a los pensamientos que nos vienen en la desolación, porque así como la consolación es contraria a la desolación, de la misma manera los pensamientos que salen de la consolación, son contrarios a los pensamientos que salen de la desolación).

Ante esto, dice San Ignacio, manténgase firmes, confíen que ya pasaré, pónganse en manos del Señor y no cambien nada (no tomar grandes decisiones) y si está tentado haga completamente lo contrario, pero por sobretodo crezcan en confianza a Dios.