Palabras de Francisco a las Radios María del mundo

29/10/2015 – En la Sala Clementina, el Papa Francisco dirigió unas palabras a los directores y presidentes de las Radios María del mundo participantes del Congreso Mundial de Radio María. En un emotivo encuentro que comenzó con un pequeño saludo del P. Livio, director de la Familia Mundial de Radio María, el Papa Francisco agradeció y bendijo a todos quienes hacen posible la presencia de la Radio en todo el mundo, voluntarios y trabajadores, sus familiares, aportantes y oyentes.

Mensaje del Papa Francisco a las Radio María en el mundo

Queridos hermanos y hermanas, saludo con afecto a todos ustedes que forman la Familia Mundial de Radio María. Le agradezco al presidente Emmanuele Ferrario sus amables palabras y le doy gracias a los directores de las diferentes emisoras activas en aproximadamente 70 países en los 5 continentes.

A través de ustedes están idealmente presentes aquí los rostros y los corazones de sus oyentes que cada vez más aprecian y siguen los programas radiofónicos de Radio María y las apoyan con el voluntariado y las ofrendas.

Radio María desde su nacimiento se ha propuesto ayudar a la Iglesia en su obra de evangelización, haciéndolo a su manera, es decir acercándose a las preocupaciones y a los dramas de la gente con palabras de consuelo y de esperanza fruto de la fe y del compromiso de solidaridad.

Un objetivo claro y elevado, perseguido con determinación y constancia que ha sabido ganarse una atención y audiencia que no son usuales. Al llevar adelante su propósito se han encomendado a la Providencia que nos le ha hecho faltar nunca los medios para las necesidades cotidianas, para modernizar la tecnología, para poder disponer de instrumentos actuales y modernos, y para el desarrollo de la radio, primero en Italia y después en tantos países del mundo con una capilaridad y rapidez sorprendentes. En este sentido, el desafío es mantener el estilo de sobriedad y a la vez utilizar instrumentos adecuados.

La difusión de Radio María en tantos ambientes diferentes entre ellos por cultura, lengua o tradición constituye una buena nueva para todos, porque demuestra que cuando se tiene el coraje de proponer contenidos elevados a partir de una clara pertenencia cristiana la iniciativa es acogida más allá de las expectativas, de lo esperado. A veces también, por aquellos que por primera vez entran en contacto con el mensaje del evangelio.

Esto no tiene que sorprendernos, porque María es la madre de Dios y madre nuestra, bajo cuyo nombre y protección esta ésta Radio, es la que sabe encontrar el modo para realizar a partir de un comienzo humilde y pequeño grandes obras. Los invito por lo tanto a perseverar en el empeño que se ha convertido en una verdadera misión  con fidelidad al evangelio y al Magisterio de la Iglesia, y escuchando a la sociedad y a las personas, especialmente a los más pobres y marginados de manera que sea para todos los oyentes un punto de referencia y un apoyo.

De hecho, difundiendo el evangelio y la devoción a la Madre de Jesús, promoviendo el amor a la Iglesia y a la oración, se ofrece un canal válido para escuchar bellas reflexiones, para aprender a rezar para profundizar los contenidos de la fe que edifican, elevan y amplían los horizontes. La Radio de esta manera, se convierte en un medio que no comunica solo un conjunto de noticias, ideas, música sin un hilo conductor y que podría solo tratar de distraer o quizás divertir, sino que se convierte en un medio fundamental para transmitir la esperanza, la verdadera esperanza que deriva de la Salvación traída por Cristo, Nuestro Señor, y para ofrecer buena compañía a tantos que la necesitan.

Hoy ustedes han venido a Roma desde todo el mundo para reflexionar sobre lo que se podría llamar el “carisma de Radio María”. Eso que hace que cada día más de 30 millones de personas escuchen Radio María en el mundo, eso es lo que permite que viva gracias a la contribución de millones de voluntarios ofreciendo un servicio apreciado por la Iglesia local e importante también para la comunidad civil.

Todos aquellos que escuchan sus programas radiofónicos los reconocen como una radio que da amplio espacio a la oración dando testimonio de que, cuando nos abrimos a la oración, se abren las puertas de par en par al Señor. En ésta Obra tienen ustedes como modelo a la Santísima Virgen, es necesario por lo tanto, amar con el corazón de María para vivir y sentir con la sintonía de la Iglesia. Por esta razón lo animo a cultivar siempre el jardín interior de la oración, de la escucha de la Palabra de Dios y los invito a que se sirvan de buenas lecturas profundizando su fe. En otras palabras, haciendo ustedes mismos lo que le proponen a los demás con sus programas. Así mismo tengan siempre presente que ustedes donan algo que es grande y que es único, la esperanza cristiana, que es mucho más que un simple consuelo espiritual porque se funda en la potencia de la Resurrección testimoniada con la fe y con las obras de caridad.

Pongamos entonces bajo el manto protector de María a su Radio, a las personas y familias de quienes trabajan en ellas, a sus proyectos para el futuro y a todos los oyentes, hombres y mujeres. Los bendigo a todos ustedes y a sus trabajos, y por favor, no se olviden de rezar por mí.

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