“¿Hola, quien habla? Soy Francisco, ¿podemos tutearnos?”

jueves, 22 de agosto de 2013
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Un joven italiano de 19 años que le entregó una carta para el Papa durante una visita a Castel Gandolfo fue contactado telefónicamente por Francisco, que conversó ocho minutos con el muchacho. Stefano Cabizza definió ese día como el más lindo de su vida.

Stefano es un estudiante de ingeniería de 19 años y, a la vez, un apasionado de fútbol. Vive en la ciudad de Padua. El joven se quedó casi mudo cuando le llamó el Papa por teléfono: “Hemos reído y bromeado por unos ocho minutos. Me llamó ayer, y me había llamada antes pero no me había encontrado. Me dijo que entre Jesús y los apóstoles se hablan de tú a tú, y visto mi nombre, me dijo que le rezara a San Esteban y que rezara por él. Me dio su bendición y sentí crecer una gran fuerza. Claramente fue el día más lindo de mi vida”.

“He querido hablar de esta experiencia fantástica solamente para dar a conocer este gesto de gran humildad y cercanía del Papa Francisco hacia nosotros, los jóvenes”, explicó Stefano. “Me dijo que lo podía tutear precisando: ´¿Crees que los apóstoles lo llamaran de usted a Jesús? ¿O lo llamaban excelencia? No. Eran todos amigos como lo somos vos y yo. Y yo a mis amigos les llamo de ´tú`”.

Recientemente, en un encuentro que mantuvo en la Santa Sede con Monseñor Oscar Ojea, Obispo de San Isidro, Franciscó reveló su entusiasmo por las llamadas telefónicas que realiza. "Gasto bastante en llamadas, pero, en realidad, por todo lo que ahorro por no vivir en el palacio apostólico me parece que lo compenso", le dijo el Papa en tono de broma a Monseñor Ojea. El obispo bonaerense contó también que, en el encuentro que mantuvo semanas atrás con Francisco, le dijo que "cada vez que llama a Buenos Aires es una revolución, la gente se pone contentísima".

Jorge Mario Bergoglio suelen hacer sus propias llamadas desde Roma. Recientemente, llamó a un italiano que estaba sin el uso de sus piernas después de un accidente automólista y que, además había perdido a su hermano en un robo a mano armada. Francisco habló con él sobre cuestiones existenciales.