“Para amar al enemigo hay que contemplar la pasión de Jesús y la dulzura de María”

jueves, 12 de septiembre de 2013
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“La humanidad sufriente de Jesús y la dulzura de María. Estos son los dos polos que el cristiano debe observar para vivir lo que pide el Evangelio”, afirmó el Papa durante la misa celebrada en la Casa Santa Marta. “El Evangelio es exigente, le pide cosas fuertes a un cristiano: la capacidad de perdonar, la magnanimidad, el amor a los enemigos. Solo hay una manera de ser capaz de ponerlo en práctica: meditar en la Pasión, la humanidad de Jesús e imitar el comportamiento de su Madre”, sostuvo Francisco.

“Y es justamente a la Virgen, de quien hoy la Iglesia celebra el Santo Nombre”, recordó el Papa y agregó: “Necesitamos hoy de la dulzura de la Virgen para entender estas cosas que Jesús nos pide. Debido a que esta son cosas no fáciles de vivir. Amen a sus enemigos, hagan el bien, presten sin esperar nada. Si alguien te pega en una mejilla, preséntale también la otra. A quien toma tu manto, no le niegues la túnica. Son cosas fuertes, ¿no? Pero todo esto, a su manera, fue experimentado por la Virgen María: es la gracia de la mansedumbre, la gracia de la apacibilidad”, indicó el Santo Padre.

“En particular -dijo- hay un aspecto particular de la vida de Jesús a la que debe dirigirse la contemplación del cristiano: su Pasión, su humanidad sufriente. Es así que a partir de la contemplación de Jesús, de nuestra vida escondida con Jesús en Dios, que podemos llevar adelante estas actitudes, estas virtudes que el Señor nos pide. No hay otra manera. Para perdonar, contempla el sufrimiento de Jesús. Para no odiar a tu prójimo contempla el sufrimiento de Jesús. Para no hablar mal contra el vecino, contempla el sufrimiento de Jesús. Es el consejo para ser humilde, manso, bueno, generoso y tierno”.