“Pobre gente la que ha perdido la dignidad con la práctica de los sobornos”

viernes, 8 de noviembre de 2013
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08/11/2013 – Durante la Misa celebrada en la Capilla de la Casa Santa Marta, el Papa rezó por los jóvenes que reciben de sus padres el "pan sucio", los beneficios que llegan de los sobornos y la corrupción. El Santo Padre indicó que estos jóvenes tienen hambre de dignidad “porque el trabajo deshonesto quita ese honor”.

La parábola del administrador deshonesto dio el punto de partida al Papa para hablar del "espíritu del mundo, de la mundanidad, de cómo actúa esta mundanidad y lo peligrosa que es. Jesús rezaba al Padre para que sus discípulos no cayeran en la mundanidad".

"Cuando nosotros pensamos en nuestros enemigos, pensamos verdaderamente en el demonio, porque es el que nos hace daño. La atmósfera, el estilo de vida le gusta mucho al demonio y esta mundanidad: vivir según los valores del mundo. Y este administrador es un ejemplo de mundanidad. Alguno de ustedes puede decir: ‘Pero, este hombre hizo lo que hacen todos'. ¡No todos, no!. Algunos administradores, administradores de empresas, administradores públicos; algunos administradores de gobierno. Quizás no son tantos. Pero es un poco la actitud del camino más corto, más cómodo para ganarse la vida", afirmó Francisco.

En la parábola, el patrón admira al administrador deshonesto por su inteligencia. "Sí, es una alabanza al soborno. Y la costumbre del soborno es una costumbre mundana y muy pecadora. Es una costumbre que no viene de Dios: ¡Dios nos ha mandado traer el pan a casa con nuestro trabajo honrado! Y este hombre, el administrador lo hacía, ¿pero cómo? Daba de comer a sus hijos un pan sucio. Y sus hijos, quizás educados en colegios caros, quizás creciendo en ambientes cultos, habían recibido de su papá como comida la inmundicia, porque su papá trayendo pan sucio a casa había perdido la dignidad. ¡Este es un pecado grave porque se comienza, quizás, con un pequeño sobre, pero es como la droga", destacó el Papa.

“Por tanto – afirmó- la costumbre del soborno se convierte en una dependencia. Pero si hay una astucia mundana, también hay una astucia cristiana, hacer las cosas con picardía, no con el espíritu del mundo, sino honradamente. Es lo que Jesús nos dice cuando nos invita a ser astutos como serpientes y sencillos como palomas: unir estas dos dimensiones. Es una gracia del Espíritu Santo, un don que debemos pedir”

"Quizás hoy nos haría bien rezar por los niños y jóvenes que reciben de sus padres un pan sucio: también estos tienen hambre, ¡tienen hambre de dignidad!". "Rezar para que el Señor cambie los corazones de estos devotos del dios soborno y se den cuenta de que la dignidad viene del trabajo digno, del trabajo honesto, del trabajo de todos los días y no de estos caminos más fáciles que al final te quitan todo. Y después termina como aquel otro del Evangelio que tenía tantos graneros, muchos almacenes repletos y que no sabía que hacer con ellos: ‘Esta noche morirás', le dijo el Señor. Esta pobre gente, que ha perdido la dignidad con la práctica de los sobornos, no se lleva consigo el dinero que ha ganado, ¡sino la falta de dignidad!. Recemos por ellos", finalizó diciendo el Papa Francisco.

Religión Digital / Rome Reports