El Papa en el ángelus: Sólo la caridad puede llenar la vida, no las cosas materiales

lunes, 5 de agosto de 2024
image_pdfimage_print

05/08/2024 – En su reflexión previa al rezo de la oración del Ángelus, el Santo Padre indicó que, “las cosas materiales no llenan la vida: solo el amor lo puede hacer. Y para que eso suceda el camino a seguir es el de la caridad que no se guarda nada para sí, sino que lo comparte todo”.

“El verdadero pan, en definitiva, era y es Jesús, su Hijo amado hecho hombre, que vino a compartir nuestra pobreza para guiarnos, a través de ella, al gozo de la comunión plena con Dios y con los hermanos, en la entrega”, este fue el centro de la reflexión del Papa Francisco en su alocución previa a la oración mariana del ángelus de este domingo 4 de agosto, ante los miles de fieles y peregrinos que se dieron cita en la plaza de San Pedro para rezar a la Madre de Dios.

Con la ayuda de Dios todos pueden tener algo
Al comentar el Evangelio de este XVIII Domingo del Tiempo Ordinario, el Santo Padre dijo que, la Palabra de Dios hoy nos habla de Jesús que, después del milagro de los panes y de los peces, invita a la multitud que lo busca a reflexionar sobre lo que ha sucedido, para comprender su significado.

“Habían comido ese alimento compartido y habían podido ver cómo, incluso con pocos recursos, gracias a la generosidad y a la valentía de un muchacho, que había puesto a disposición de los demás lo que tenía, todos se habían alimentado hasta saciarse. La señal es clara: si cada uno da a los demás lo que tiene, con la ayuda de Dios, incluso con poco, todos pueden tener algo”.

El Padre revela el sabor del pan que sacia sin medida
Sin embargo, el Papa Francisco señaló que la multitud no había entendido a Jesús, lo confundieron con una especie de ilusionista y volvieron a buscarlo, esperando que repitiera el prodigio como si fuera una especie de magia. A pesar de que fueron protagonistas de una experiencia fundamental para su camino, no captaron su importancia.

“Su atención se centró sólo en los panes y los peces, en los alimentos materiales, que se acabaron inmediatamente, dejándolos todavía con hambre. No se dieron cuenta de que aquello era sólo un instrumento, a través del cual el Padre, mientras saciaba su hambre, les revelaba algo mucho más importante: el camino de la vida que dura para siempre y el sabor del pan que sacia sin medida”.

Jesús nos lleva a la plena comunión con Dios y con los hermanos
A los miles de fieles y peregrinos que escuchaban su catequesis en la Plaza de San Pedro, el Obispo de Roma les dijo que, Jesús es el verdadero pan que vino para llevarnos a la plena comunión con Dios y con los hermanos.

“El verdadero pan, en definitiva, era y es Jesús, su Hijo amado hecho hombre, que vino a compartir nuestra pobreza para guiarnos, a través de ella, al gozo de la comunión plena con Dios y con los hermanos, en la entrega”.

Las cosas materiales no llenan la vida: sólo el amor puede hacerlo
Ante esta constatación de que las cosas materiales no llenan la vida, el Santo Padre indicó que, sólo el amor puede hacerlo, y para ello el camino a seguir es el de la caridad, que no guarda nada para sí, sino que lo comparte todo. Y puso como ejemplo el amor de los padres, que luchan toda su vida por educar bien a sus hijos y dejarles algo para el futuro.

“¡Qué hermoso cuando este mensaje se entiende y los niños están agradecidos y a su vez se apoyan unos a otros como hermanos! ¡Y qué triste, en cambio, cuando discuten sobre la herencia y tal vez no vuelven a hablarse durante años! El mensaje del padre y de la madre, su legado más preciado, no es el dinero, sino el amor con el que dan a sus hijos todo lo que tienen, así como Dios lo hace con nosotros, y así nos enseñan a amar”.

María nos enseñe a hacer de cada cosa un instrumento de amor
Finalmente, antes de concluir su alocución el Papa Francisco invocó a la Virgen María, que entregó a Jesús toda su vida, para que nos enseñe a hacer de cada cosa un instrumento de amor, e invitó a hacernos las siguientes preguntas que nos harán mucho bien.

“¿Qué relación tengo con las cosas materiales? ¿Soy esclavo de ellos o los uso libremente, como herramientas para dar y recibir amor? ¿Sé decir “gracias” a Dios y a mis hermanos por los dones recibidos y compartirlos con alegría?”.