El Papa León XIV: la fraternidad es un desafío real, no un sueño imposible

miércoles, 12 de noviembre de 2025

12/11/2025 – En la Audiencia General de este miércoles 12 de noviembre, el Papa León XIV dedicó su catequesis a reflexionar sobre la Fraternidad Humana, un tema que calificó como «sin duda uno de los grandes desafíos para la humanidad contemporánea». El Santo Padre, continuando su ciclo de reflexiones sobre «Jesucristo, nuestra esperanza», señaló que la espiritualidad pascual es la que debe inspirar esta fraternidad. Para el Pontífice, la capacidad de amar y alimentar los vínculos fraternos nace de un dato profundamente humano: nuestra necesidad esencial de relacionarnos con los demás para sobrevivir, crecer y aprender, evitando el riesgo de la soledad y el narcisismo.

Según informa Vatican News, el Obispo de Roma reconoció que, en la actualidad, la fraternidad «no es algo ni inmediato ni que se pueda dar por descontado», especialmente ante la presencia de conflictos, guerras y tensiones sociales en el mundo. Sin embargo, enfatizó con claridad que la fraternidad «no es un hermoso sueño imposible ni tampoco un deseo de unos pocos ilusos». Para superar las «sombras que la amenazan,» el Papa León XIV indicó que es necesario ir a las fuentes de luz y fuerza que libran del «veneno de la enemistad».

La reflexión del Papa se centró en cómo la resurrección de Cristo es la que permite comprender la profundidad de este vínculo. En sus palabras, la fraternidad «se basa en el mandamiento de Jesús, que nos amó y se entregó por nosotros, así podemos amarnos y dar la vida por los demás». Recordó que el ejemplo de San Francisco de Asís, que llamaba a todos «hermano», fue retomado por el Papa Francisco en su Encíclica Fratelli tutti, destacando la urgencia de este mensaje inclusivo en el mundo de hoy.

Finalmente, el Pontífice resumió el fruto de la fe en el Resucitado como una liberación. Según expresó el Papa León XIV: «La fraternidad que nos brindó Cristo muerto y resucitado nos libra de las lógicas negativas de los egoísmos, de las divisiones, de las prepotencias, y nos devuelve a nuestra vocación original, en el nombre de un amor y de una esperanza que se renuevan cada día». Concluyó que, a la luz de la Pascua, los discípulos se convierten plenamente en hermanos al reconocer a Jesús resucitado y recibir el don del Espíritu.

Fuente: Vatican News.