Desde el Santuario Mariano de Harissa, el Papa León XIV llama a ser «constructores de esperanza» en Líbano

01/12/2025 – El Papa León XIV concluyó su segundo día de viaje apostólico en Líbano, visitando el santuario mariano de Nuestra Señora de Harissa. En este importante lugar de devoción a la Virgen María, situado en la montaña que domina Jounieh, el Sumo Pontífice se reunió con obispos, sacerdotes, religiosos, consagradas y agentes pastorales del país. La visita, segunda etapa de su peregrinación que también incluyó Turquía, se centró en la capacidad del pueblo libanés para ser «constructores de esperanza y caridad», incluso en medio de grandes desafíos.

Durante el encuentro, celebrado el 1 de diciembre, el Papa León XIV constató cómo las palabras de San Juan Pablo II, quien en 1984 confió a los libaneses la misión de ser «responsables de la esperanza«, han dado fruto en la actualidad. El Pontífice pronunció su discurso en francés ante unas 3500 personas, destacando que el Líbano sigue edificando la comunión en la caridad. Esta realidad se puso de manifiesto a través de cuatro testimonios de vida que el Papa escuchó, los cuales reflejaban la cercanía a quienes sufren en situaciones de solidaridad, guerra, migración y pastoral carcelaria, tal como María se mantuvo al pie de la cruz.

León XIV encontró en las narraciones un eco del pasaje evangélico que sitúa a María junto a la Cruz de Cristo. El Papa citó: «Es al estar con María junto a la Cruz de Jesús… que nuestra oración… nos da la fuerza para seguir esperando y trabajando, incluso cuando a nuestro alrededor retumba el ruido de las armas y las propias exigencias de la vida cotidiana se convierten en un desafío.» Subrayó que esta fe es el ancla que permite a los creyentes «construir la paz». Además, al referirse al testimonio de un sacerdote de una comunidad multiconfesional que recibía monedas sirias y libanesas en la colecta, el Pontífice comentó: «Nos recuerda que en la caridad… cada uno de nosotros tiene algo que dar y que recibir, y que el donarnos mutuamente nos enriquece a todos y nos acerca a Dios.»

El Patriarca de Cilicia de los Armenios, Raphaël Bedros XXI Minassian, dio la bienvenida al Papa, definiendo su presencia como «una llama viva de oración y esperanza». Por su parte, León XIV animó a los religiosos y agentes de pastoral a perseverar en la loable labor de la educación, especialmente con los más necesitados y con decisiones guiadas por la caridad. Dirigiéndose a ellos en el santuario mariano, que él mismo describió como un lugar donde la formación de la mente debe unirse siempre a la «educación del corazón», recordó que esta se cultiva en la «escuela de la Cruz» y bajo la guía de Cristo.

El Papa concluyó su visita a Harissa con la entrega de la Rosa de Oro a los pies de la estatua de la virgen María, un gesto de devoción tradicional. Explicó que este rito antiguo es una exhortación a ser, con la propia vida, «perfume de Cristo». El Pontífice aclaró que este perfume no es algo exclusivo o costoso, sino más bien el aroma que se desprende de la generosidad: «No es un producto costoso reservado a unos pocos… sino el aroma que se desprende de una mesa generosa en la que hay muchos platos diferentes y de la que todos pueden servirse juntos.» El Papa León XIV invitó a que este sea el espíritu con el que la comunidad libanesa se esfuerce por vivir unida en el amor.

Fuente: Vatican News.