El Papa advirtió del peligro de la idolatría

lunes, 18 de febrero de 2019
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18/02/2019 – Durante el Ángelus del VI domingo del tiempo ordinario, el Papa Francisco reflexionó sobre las Bienaventuranzas de Jesús asegurando que Él nos alienta a no depositar nuestra confianza en las cosas materiales sino a sanar la miopía crónica que el espíritu mundano nos contagia.

Reflexionando sobre el Evangelio del día según San Lucas, que presenta cuatro bienaventuranzas bajo la expresión “¡ay de ti!”, el Santo Padre asegura que en ellas “Jesús nos abre los ojos, nos hace ver con su mirada, más allá de las apariencias, más allá de la superficie, y nos enseña a discernir las situaciones con fe”.

El ser humano siempre ha estado en la búsqueda constante de la felicidad y desde siempre, en el mundo, el tener más riquezas y un mayor poder, ha supuesto tener mayor bienestar. En contraste a este concepto, el Papa Francisco explica que la página del Evangelio de hoy “nos invita a reflexionar sobre el sentido profundo de tener fe”, que consiste – ha puntualizado el Pontífice – “en confiar totalmente en el Señor”: “Se trata de romper los ídolos mundanos para abrir nuestros corazones al Dios vivo y verdadero; sólo Él puede dar a nuestra existencia la plenitud tan deseada, pero difícil de alcanzar”. Además, Francisco ha advertido que incluso en nuestros días, “hay muchos que se proponen como dispensadores de felicidad: prometen éxito a corto plazo, grandes beneficios a la mano y soluciones mágicas a todos los problemas”; un peligro que puede llevarnos a caer en el pecado del primer mandamiento: “la idolatría, substituyendo a Dios por un ídolo” ha dicho el Santo Padre.

Luego del rezo del Ángelus el Santo Padre pidió a todos que recen por la próxima cumbre sobre protección de menores que comienza el jueves y termina el domingo.

El Papa quiere que esta cumbre sirva para ayudar a prevenir y combatir el abuso de menores. Participarán los presidentes de las conferencias episcopales de todo el mundo. Escucharán el testimonio de víctimas, asistirán a una ceremonia penitencial y trabajarán por grupos a lo largo de tres días antes de la clausura el domingo.