10/12/2014 – El Papa Francisco y miles de fieles desafiaron al frío de diciembre en Roma para participar en la audiencia general de este miércoles. En la Plaza de San Pedro, aunque visiblemente más vacía que otros días, se oía igualmente el entusiasmo y los ‘viva el Papa’ que gritaban los peregrinos venidos de todo el mundo, cuando veían pasar el papamóvil.
El Papa, que hoy llevaba el abrigo blanco, saludó a los presentes con cercanía y en algunas ocasiones se ha detenido el jeep para bendecir y besar a algún niño, dar la mano a los que estaban en primera fila o intercambiar su solideo. En la plaza hoy se podía ver además, el árbol de Navidad que llegó la semana pasada y ya han empezado a decorarlo.
Esta semana Francisco ha dado por concluida la serie de catequesis que ha hecho sobre la Iglesia y hoy ha dado inicio a un nuevo ciclo, esta vez sobre la familia. De este modo, ha decidido comenzar explicando algunos detalles sobre el Sínodo de los Obispos celebrado el pasado mes de octubre. En el resumen hecho en español ha indicado que “La Asamblea sinodal extraordinaria del pasado mes de octubre trató sobre ‘Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización’. Un Sínodo no es un parlamento donde debaten diversos partidos o grupos de poder, sino un espacio privilegiado y protegido de comunión, en el que actúa el Espíritu Santo. Con este convencimiento, pedí a los Padres sinodales que no tuviesen reparo en hablar con franqueza y libertad, escuchando a los demás con respeto y humildad. No hubo censura previa”.
Asimismo ha asegurado que “El Documento de trabajo, fruto de la consulta a toda la Iglesia, fue la base de la primera Relación, previa al diálogo fraterno que se produjo en el Aula sinodal, sin poner jamás en duda las verdades fundamentales del sacramento del matrimonio: la indisolubilidad, la unidad, la fidelidad y la apertura a la vida. Seguidamente, los grupos lingüísticos trabajaron a partir de una segunda Relación que recogía las diversas opiniones manifestadas en el Aula. Y, con estas aportaciones, se elaboró una Relación final, que será enviada a las Conferencias Episcopales de todo el mundo para que preparen la próxima Asamblea ordinaria en 2015”.
Por tanto –ha concluido– aunque todos estos pasos han sido publicados, los únicos documentos “oficiales” del Sínodo son tres: la Relación final, el Mensaje a las familias y el Discurso conclusivo del Papa, que espero ayuden al Pueblo de Dios.
A continuación, el Papa ha saludado a los peregrinos venidos de España, México, Argentina y otros países latinoamericanos. A ellos les ha dicho: “queridos hermanos, el camino sinodal continúa. Les ruego que acompañen este proceso con la oración, pidiendo a la Virgen María que nos ayude a tomar las decisiones pastorales más adecuadas para el bien las familias”.
Al finalizar, después de saludar a todos los fieles de las distintas lenguas, ha dirigido un pensamiento especial a los jóvenes, los enfermos y a los recién casados. El Papa ha recordado que hoy celebramos la memoria de la beata Virgen de Loreto. Por eso, ha pedido a los jóvenes que imiten “a la madre de Jesús para prepararse con alegría a la Navidad”. Además, ha pedido que “su celeste protección” sostenga a los enfermos “en el llevar vuestra cruz cotidiana”. Finalmente, el Pontífice ha deseado que “su abandono a la voluntad del Padre” recuerde a los recién casados, “la presencia fecunda de la Providencia en vuestra familia”.
Este es el texto completo de la audiencia general donde el Santo Padre inició un ciclo de catequesis sobre la familia:
“Queridos hermanos y hermanas, hemos concluido un ciclo de catequesis sobre la Iglesia. Damos las gracias al Señor que nos ha hecho este camino redescubriendo la belleza y la responsabilidad de pertenecer a la Iglesia, de ser Iglesia todos nosotros. Ahora iniciamos una nueva etapa, un nuevo ciclo sobre el tema de la familia, que se inserta en este tiempo intermedio entre dos Asambleas del Sínodo dedicados a esta realidad tan importante. Por eso, antes de entrar en el recorrido sobre los distintos aspectos de la vida familiar, hoy deseo comenzar precisamente desde la Asamblea sinodal del pasado mes de octubre que tenía este tema: “Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la nueva evangelización”. Es importante recordar cómo se ha desarrollado y qué ha producido, cómo se ha desarrollado y qué ha producido.
Durante el Sínodo, los medios de comunicación han hecho su trabajo –había mucha expectativa, mucha atención– y les damos las gracias porque lo han hecho también con abundancia, muchas noticias, muchas. Esto ha sido posible gracias a la Sala de Prensa, que cada día ha hecho un briefing. Pero a menudo la visión de los medios era un poco del estilo de las crónicas deportivas o políticas: se hablaba a menudo de dos equipos, a favor y en contra, conservadores y progresistas, etc. Hoy quisiera contar lo que ha sido el Sínodo.
En primer lugar he pedido a los Padres sinodales hablar con franqueza y valentía y escuchar con humildad. Decir todo lo que tenían en el corazón, con valentía. En el Sínodo no ha habido censura previa. No ha habido. Cada uno podía, es más, debía, decir lo que tenía en el corazón, lo que pensaba sinceramente. Pero, padre, esto dará discusión. Pues claro. Lo hemos escuchado cómo han discutido los apóstoles. Dice el texto, ha salido una fuerte discusión, pero gritaban entre ellos. Los apóstoles, sí, porque buscaban la voluntad de Dios sobre los paganos, si podían entrar en la Iglesia o no. Era algo nuevo.
Siempre cuando se busca la voluntad de Dios en una Asamblea sinodal hay distintos puntos de vista, y hay discusión, y eso no es feo. Siempre que se haga con humildad y ánimo de servicio a la Asamblea de los hermanos. Habría sido mala la censura previa. No, no. Cada uno tenía que decir lo que pensaba.
Después de la Relación inicial del cardenal Erdö, ha habido un primer momento, fundamental, en el que todos los Padres han podido hablar y todos han escuchado. Es edificante esa actitud de escucha que tenían los Padres. Un momento de gran libertad, en el que cada uno ha expuesto su pensamiento con parresía y con confianza. En la base de las intervenciones estaba el “Instrumento de trabajo”, fruto de la consulta precedente de toda la Iglesia. Y aquí debemos dar gracias a la Secretaría del Sínodo por el gran trabajo que ha hecho, tanto antes como durante la Asamblea. Realmente han sido muy buenos.
Ninguna intervención ha puesto en discusión las verdades fundamentales del sacramento del matrimonio, ninguna intervención: la indisolubilidad, la unidad, la fidelidad y la apertura a la vida. Esto no se ha tocado.
Todas las intervenciones han sido recogidas y así se ha llegado al segundo momento, es decir, un borrador, que se llama la Relación después de la discusión. También esta Relación ha sido preparada por el cardenal Erdö, articulada en tres puntos: la escucha del contexto y de los desafíos de la familia; la mirada fija en Cristo y el Evangelio de la familia; la confrontación con las perspectivas pastorales.
Sobre esta primera propuesta de síntesis se ha desarrollado la discusión en los grupos, que ha sido el tercer momento. Los grupos como siempre, estaban divididos por lenguas, porque es mejor así, se comunican mejor: italiano, inglés, español y francés. Cada grupo al final de su trabajo ha presentado una relación, y todas las relaciones de los grupos se han publicado en seguida. Todo se ha dado, había transparencia. Para que se supiera lo que pasaba.
En ese punto –es el cuarto momento– una comisión ha examinado todas las sugerencias surgidas en los grupos lingüísticos y se ha hecho la Relación final, que ha mantenido el esquema precedente –escucha de la realidad, mirada al Evangelio y compromiso pastoral– pero ha tratado de incorporar el fruto de las discusiones en los grupos. Como siempre, se ha aprobado también un Mensaje final del Sínodo, más breve y más divulgativo respecto a la Relación.
Este ha sido el desarrollo de la Asamblea sinodal. Alguno de vosotros puede preguntarme, ‘pero padre, ¿han discutido los Padres’ No se si han discutido, pero que han hablado fuerte sí, realmente ¿eh? . Y esta es precisamente la libertad que hay en la Iglesia. Todo ha sucedido ““cum Petro et sub Petro”, es decir, con la presencia del Papa, que es garantía de libertad y de confianza para todos, y garantía de la ortodoxia. Y al final con mi intervención di una lectura sintética de la experiencia sinodal. Por tanto, los documentos oficiales salidos del Sínodo son tres: el Mensaje final, la Relación final y el discurso final del Papa. No hay otros.
La Relación final, que ha sido el punto de llegada de toda la reflexión, desde las diócesis hasta ese momento, ahora se ha publicado, ayer se ha publicada y se envía a las Conferencias Episcopales, que la discutirán en vista de la próxima Asamblea, la Ordinaria del 2015. Digo que ayer se ha publicado, se había publicado antes, pero ayer se ha publicado con las preguntas que se hacen a las Conferencias Episcopales, se convierte en Lineamenta del próximo Sínodo.
Debemos saber que el Sínodo no es un parlamento, vienen representantes de esta Iglesia, de esta Iglesia… no es eso. Son representada sí, pero la estructura no es parlamentaria, es totalmente diferente. El Sínodo es un espacio protegido para que el Espíritu Santo pueda trabajar; no ha habido confrontación entre facciones, como en el Parlamento que ahí es lícito, sino una confrontación entre obispos, que se ha dado después de un largo trabajo de preparación y que ahora proseguirá en otro trabajo, para el bien de las familias, de la Iglesia y de la sociedad. Es un proceso, es el camino sinodal normal. Ahora, esta Relatio vuelve a las Iglesias particulares y continúa en esas Igleeias, el trabajo de oración, reflexión, discusión fraterna para preparar la próxima Asamblea. Esto es el Sínodo de los Obispos. Lo confiamos a la protección de la Virgen, nuestra Madre. Que Ella nos ayude a seguir la voluntad de Dios tomando las decisiones que ayuden más y mejor a la familia. Os pido que acompañéis este recorrido sinodal, hasta el próximo, con la oración. Que el Señor nos ilumine, nos haga ir hacia la madurez de lo que debemos decir a todas las Igleias como Sínodo. En esto es importante vuestra oración”.
Por otra parte, el Papa Francisco consideró que las “escasas” oportunidades de trabajo contribuyen a la aparición de formas de esclavitud moderna, según el mensaje que pronunciará el próximo 1 de enero. Las empresas, según el Papa, deben ofrecer a sus empleados “condiciones de trabajo dignas y salarios adecuados” y critica como forma de opresión moderna “la corrupción de quienes están dispuestos a hacer cualquier cosa para enriquecerse”.
Jorge Bergoglio enviará ese mensaje cuando se celebre la cuadragésima octava Jornada Mundial de la Paz el primer día del año próximo. El Pontífice mencionó como causas de la “esclavitud moderna” la pobreza, el subdesarrollo y la exclusión, combinadas con la falta de acceso a la educación o “con una realidad caracterizada por las escasas, por no decir inexistentes, oportunidades de trabajo”.
El Papa denunció que la corrupción “sucede cuando en el centro de un sistema económico está el dios dinero y no el hombre, la persona”. Como formas de esclavitud moderna señaló a la prostitución o el tráfico de órganos y destacó que “el derecho de toda persona a no ser sometida a esclavitud ni a servidumbre” debe ser “reconocido en el derecho internacional como norma inderogable”.
Zenit / Religión Digital / Rome Reports
25/11/2024 – En el Ángelus, el Papa Francisco reflexionó sobre dos palabras: rey y mundo. Subrayó, además, que el reino…
26/11/2024 – (Fuente: Vatican News) El Papa recibió en audiencia al Universal Peace Council (Consejo Universal de la Paz) que…
26/11/2024 – (Fuente: Vatican News) El Santo Padre participa en un acto conmemorativo del 40º aniversario del tratado de paz…
27/11/2024 – (Fuente: Vatican News) En la catequesis de la audiencia general, el Papa habló de los frutos del Espíritu…
28/11/2024 – (Fuente: Vatican News) En su audiencia a la Comisión Teológica Internacional, el Pontífice subraya que «en un mundo…