Francisco cuestionó a los “laicos, sacerdotes y obispos corruptos” que se aprovechan de la gente

miércoles, 15 de enero de 2014
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14/01/2014 – El Papa Francisco se inspiró en las figuras de Jesús, los escribas , el sacerdote Elí y sus dos hijos, también sacerdotes, para subrayar que la novedad traída por Jesús es el amor de Dios por cada uno de nosotros, en la misa matutina de la Casa Santa Marta. “Son cuatro modelos de creyentes para reflexionar sobre el verdadero testimonio del cristiano”, indicó el Santo Padre, al advertir sobre las actitudes hipócritas o legalistas que alejan a la gente de la fe.

El Papa recordó que, en el caso de Jesús, "enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. Estos predicaban, pero ataban a la gente con cosas pesadas sobre los hombros, y la pobre gente no podía continuar. Y Jesús mismo les dice que ellos no movían estas cosas ni con un dedo, Y después dirá a la gente: ‘¡Hagan lo que dicen los escribas, pero no lo que hacen!’. Los escribas y fariseos eran gente incoherente”.

“En la Primera Lectura, tomada del Libro de Samuel, encontramos la figura de Elí, un pobre sacerdote, débil, tibio, que dejaba hacer muchas cosas malas a sus hijos. En esta lectura se relata que Elí estaba sentado ante la puerta del Templo del Señor, viendo a Ana, una señora que rezaba a su manera, pidiendo a Dios tener la posibilidad de tener un hijo. Esta mujer rezaba como reza la gente humilde: sencillamente, pero desde su corazón, con angustia. Ana movía los labios, como hacen tantas buenas mujeres en nuestras iglesias, en nuestros santuarios. Rezaba y pedía un milagro. Y el anciano Elí la miraba y pensaba para sus adentros: ´¡Pero esta está bebida!` y la despreciaba. Él era el representante de la fe, el dirigente de la fe, pero su corazón estaba muy frío y muy lejos de la gente”, indicó el Pontífice.

“Cuantas veces el pueblo de Dios se siente no querido por aquellos que deben dar testimonio: por los cristianos, por los laicos cristianos, por los sacerdotes, por los obispos. ‘Pero, pobre gente, no entienden nada. Deben hacer un curso de teología para entender el Evangelio’, piensan estos corruptos. Elí es un pobre hombre, un tibio. Pero después acaba mal”, añadió.

“En tanto, los hijos de Elí no se ven en el pasaje de la Primera Lectura, pero eran los que gestionaban el Templo. Eran sacerdotes, pero también eran ladrones. Iban detrás del poder, detrás del dinero, explotaban a la gente, se aprovechaban de las limosnas, de los regalos y el Señor también los castiga fuerte. Esta es la figura del cristiano corrupto, del laico corrupto, del sacerdote corrupto, del obispo corrupto, que se aprovechan de su situación, de su privilegio de la fe. Esto le sucede a Judas. De un corazón corrupto sale la traición a Jesús. Los hijos de Elí son por tanto el tercer modelo de creyente”, sostuvo el Papa en la misa de Santa Marta.

“Y después está el cuarto y verdadero modelo de creyente: Jesús. Y de Él la gente dice: ´Este enseña como uno que tiene autoridad`. Esta es una enseñanza nueva ¿Pero donde está la novedad? Es el poder de la santidad, la novedad de Jesús es que trae consigo la Palabra de Dios, el mensaje de Dios, es decir el amor de Dios por cada uno de nosotros. Jesús acerca a Dios a la gente y para hacerlo se acerca Él: está cerca de los pecadores. Jesús perdona a la adúltera, habla de teología con la Samaritana, que no era un angelito. Jesús busca el corazón de las personas, se acerca al corazón herido de las personas. A Jesús sólo le interesa la persona, y Dios. Jesús quiere que la gente se acerque, que lo busque y se siente conmovido cuando las ve como ovejas sin pastor. Y toda esta actitud es por lo que la gente dice: ‘¡Pero, esta es una enseñanza nueva!’. No, no es una enseñanza nueva: es la manera de hacerlo, eso es lo nuevo. Es la transparencia evangélica”, dijo Franciusco.

“Pidamos al Señor que estas dos lecturas nos ayuden en nuestra vida de cristianos. Cada uno en su lugar. A no ser legalistas puros, hipócritas como los escribas y los fariseos. A no ser corruptos como los hijos de Elí. A no ser tibios como Elí, sino a ser como Jesús, con ese celo de buscar a la gente, de curar a la gente, de amar a la gente y con esto decirle: ‘¡Pero si yo hago esto así, piensa cómo te ama Dios, cómo es tu Padre!’. Esta es la enseñanza nueva que Dios nos pide. Pidamos esta gracia”, finalizó diciendo el Papa.

 

Zenit / Rome Reports