“Hay mucha santidad cotidiana”, dijo el Papa a sus sacerdotes de Roma

martes, 17 de septiembre de 2013
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Con una reflexión sobre el “Mensaje de Aparecida a los Sacerdotes”, el Papa Francisco mantuvo un cordial encuentro con el clero de la Diócesis de Roma en la Catedral de San Juan de Letrán. Este encuentro fue forma privada, donde los sacerdotes romanos pudieron dialogar y hacer varias preguntas al Santo Padre. “Me siento un sacerdote como ustedes”, le dijo Francisco a los presentes. Y haciendo un recorrido por sus experiencias personales en Buenos Aires, les confesó que no ha tenido la tentación de sentirse más importante desde que es papa.

Durante la reunión, que se prolongó durante más de dos horas y media, Francisco invitó a sus curas a emprender "vías valientemente creativas", como la apertura de algunas Iglesias durante todo el día y con la disponibilidad de un confesor o la creación de "cursos personales" para las parejas que quieren casarse pero que no pueden frecuentar los cursos prematrimoniales porque trabajan hasta tarde.

El Papa anticipó ante los sacerdotes que abordará la cuestión de la nulidad matrimonial y la situación de los divorciados que se han acercado a la Iglesia en la reunión que mantendrá con ocho cardenales del 1 al 3 de octubre. La cuestión de las situaciones "específicas" familiares, como los matrimonios fallidos y los segundos matrimonios, se están convirtiendo en uno de los temas preferentes en la agenda de Francisco.

El Papa recordó que la cuestión de los matrimonios entre divorciados era un problema heredado por su antecesor Benedicto XVI y afirmó que "el problema no se puede reducir a si pueden tomar la comunión o no, ya que si se pone el debate en esos términos, no se entiende lo que es el problema real". Reiteró que se trata de "un problema grave" y que existe "la responsabilidad de la Iglesia hacia las familias que viven esta situación". "La Iglesia en este momento tiene que hacer algo para resolver los problemas de la nulidad matrimonial", afirmó. "La verdad de Dios siempre va de la mano con la orientación personal", propuso el Papa.

Francisco habló de la “buena fatiga del sacerdote por la misión en medio al pueblo” y afirmó que ·ser sacerdote significa trabajar mucho porque hoy más que nunca hay muchas exigencias”. Cómo antídoto en los momentos de mayor cansancio, el Santo Padre recomendó oración y la cercanía a los otros.

El Papa les pidió a los sacerdotes que sean valientes y que tengan una “justa creatividad. Las parroquias deben estar siempre abiertas y ser acogedoras. En lo posible, que tengan sacerdotes dispuestos a confesar. Es importante buscar nuevas vías, adaptadas y adecuadas a las personas a las que se dirige. Como, por ejemplo, puede ser la participación a cursos prebautismales o implicar a los laicos en misiones en los barrios. Las personas que acuden a las parroquias no deben tener nunca la impresión de encontrarse frente a funcionarios con intereses económicos y no espirituales”.

Otro aspecto tratado por el Papa es “decir la verdad sin dejar nunca solas las personas en dificultad”. Del mismo modo, se han abordado los problemas y los escándalos que afectan a la Iglesia. Al respecto, el Papa Francisco aseguró que la Iglesia no se derrumba, “porque hoy, como siempre, hay mucha santidad cotidiana: hay muchas mujeres y hombre que viven la fe en la vida de cada día. Y la santidad es más fuerte que los escándalos”.

Para dar un ejemplo sobre ello, contó el diálogo telefónico quetuvo con una mujer de Buenos Aires que le había escrito en una servilleta de papel y que se la entregó al director de la televisión católica del arzobispado de Buenos Aires. La mujer trabaja en la limpieza del aeropuerto de la capital argentina y tiene un hijo toxicodependiente y sin ocupación. Esta mujer trabaja para ayudarle y espera en el futuro del chico. “Esta es santidad”, afirmó el Pontífice. Como ya ha explicado en multitud de ocasiones, nuevamente recordó que las periferias no son solo geográficas.

En la conclusión del encuentro, el Obispo de Roma afrontó las cuestiones relativas a la nulidad del matrimonio, las que tratará en octubre la comisión de los ocho cardenales nombrada por él y en el próximo sínodo de los obispos. A estas situaciones se ha referido como “una verdadera periferia existencial que exige valentía pastoral, siempre en la verdad y en la justicia”.