Jesús pan de vida

lunes, 9 de agosto de 2021
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09/08/2021 – Al dirigir el rezo del Ángelus, el Papa Francisco explicó el significado de que Jesús se describa a sí mismo como el “pan de vida” y cuáles son las implicaciones concretas en la vida de todo cristiano.

“¿Qué significa pan de vida? Para vivir es necesario el pan. Quien tiene hambre no pide alimentos refinados y costosos, sino pan. Quien está sin trabajo no pide enormes salarios, sino el ‘pan’ de un empleo. Jesús se revela como el pan, es decir lo esencial, el necesario para la vida de cada día. No un pan entre muchos otros, sino el pan de la vida”, señaló el Papa.

Como es habitual, el Santo Padre reflexionó en el pasaje del Evangelio de la liturgia dominical, en esta ocasión, el relato de San Juan cuando Jesús se describe como “yo soy el pan de la vida”.

De este modo, el Papa invitó desde la ventana del palacio apostólico del Vaticano a los numerosos fieles reunidos en la plaza de San Pedro a recordar que Jesús “es el pan esencial de la vida”.

“Yo soy el pan de la vida, dice. Permanezcamos en esta bella imagen de Jesús. Había podido hacer un razonamiento, una demostración, pero -lo sabemos- Jesús habla en parábolas, y en esta expresión ‘Yo soy el pan de la vida’, resume verdaderamente todo su ser y toda su misión: ‘Yo soy el pan de la vida’”, afirmó el Santo Padre.

En esta línea, el Pontífice subrayó “en otras palabras, que nosotros, sin Él, más que vivir, ‘vamos tirando’: porque solo Él nos nutre el alma” y añadió que “solo Él nos perdona de aquel mal que solos no conseguimos superar, solo Él nos hace sentir amados incluso si todos nos decepcionan, solo Él nos da la fuerza de amar, solo Él nos da la fuerza de perdonar en las dificultades, solo Él da al corazón aquella paz que se busca, solo Él, solo Jesús da la vida para siempre cuando la vida de aquí termina”.

Por ello, el Santo Padre recordó también el pasaje de la Última Cena momento en el cual “Jesús sabe que el Padre le pide no solamente dar de comer a la gente, sino darse a sí mismo, de partirse a sí mismo, su propia vida, su propia carne, su propio corazón porque nosotros podemos tener la vida”.

Adorar a Jesús en la Eucaristía

“Estas palabras del Señor despiertan en nosotros el asombro por el don de la Eucaristía. Ninguno en este mundo, por cuanto ames a otra persona, puede hacerse ‘comida’ por ti. Dios lo ha hecho, y lo hace, por nosotros. Renovemos este asombro. Hagámoslo adorando el Pan de vida, porque la adoración llena la vida de asombro”, destacó el Papa.

Por último, el Santo Padre advirtió que el Evangelio también relata que algunas personas “en lugar de asombrarse” se escandalizan “se rasgan las vestiduras” porque piensan “a este Jesús nosotros lo conocemos, conocemos a su familia, ¿cómo puede decir: ‘soy el pan bajado del cielo’?” y agregó que “también nosotros, quizá, nos escandalizamos: sería más cómodo un Dios que está en el Cielo sin entrometerse, mientras que nosotros podemos gestionar las cosas de aquí…”.

“En cambio, Dios se ha hecho hombre para entrar en lo concreto del mundo, para entrar en lo concreto. Dios se ha hecho hombre por ti, por mí, para entrar en nuestra vida. Y le interesa todo de nuestra vida. Le podemos contar los afectos, el trabajo, el día, los dolores, las angustias, muchas cosas. Le podemos decir todo, porque Jesús desea esta intimidad con nosotros. ¿Qué no desea? Ser dejado en un rincón -Él, que es el pan-, ser desatendido, colocado en un costado, o invocado solo cuando lo necesitamos”, concluyó el Papa.