León XIV exige a los líderes mundiales escuchar el clamor de los pobres por justicia

lunes, 17 de noviembre de 2025

17/11/2025 – El Papa León XIV presidió la Misa en la Basílica de San Pedro con motivo de la Jornada Mundial de los Pobres, celebrada también en el marco de su Jubileo. Ante unos seis mil participantes, el Pontífice enfatizó la urgencia de construir una sociedad más justa. En su homilía, el Papa hizo un enérgico llamado a los Jefes de Estado y de Gobierno y a las instituciones internacionales para que promuevan políticas fundadas en la justicia. Recordó que Dios nunca abandona a los pequeños y exhortó a la Iglesia a escuchar el clamor silencioso de quienes padecen pobreza, soledad y las consecuencias de la guerra.

León XIV profundizó en la teología de la pobreza, explicando que Dios, a través de toda la Escritura, se revela como defensor de los más vulnerables. En esta Jornada, el Papa quiso transmitir el mensaje central de su primera Exhortación Apostólica, Dilexi te –»Te he amado»–: la certeza de que Dios mira con ternura a cada persona a pesar de sus fragilidades. En este sentido, reafirmó el deseo de la Iglesia de ser hoy «madre de los pobres, lugar de acogida y de justicia», y de ser un signo vivo de la salvación de Jesús en medio de los conflictos y crisis.

Según informa Vatican News, el Pontífice identificó la soledad como la «herida más profunda y transversal» que atraviesa todas las pobrezas: materiales, morales y espirituales, afectando gravemente a los jóvenes. Para combatir este aislamiento, León XIV instó a construir una «cultura de la atención» que debe nacer en la familia, extenderse a escuelas, lugares de trabajo y el mundo digital. Subrayó que la cercanía es el «rostro concreto de la ternura de Dios» y advirtió contra el peligro de vivir como «viajeros distraídos», ajenos a los sufrimientos de quienes nos rodean.

Dirigiéndose a los responsables de las naciones, el Papa insistió con contundencia en la relación intrínseca entre paz y justicia. León XIV denunció los sistemas de progreso que dejan a muchos al margen, sentenciando: «no habrá paz sin justicia». A la vez, reconoció que la sensación de impotencia global ante las guerras nace de la mentira de creer que la historia no puede cambiar. Animó a los agentes de caridad y voluntarios a seguir siendo «conciencia crítica de la sociedad», recordándoles que los pobres son “la carne de Cristo”.

Para modelar este compromiso, el Papa propuso la figura de san Benito José Labre, el «vagabundo de Dios», como testigo para el Jubileo de los Pobres. Su vida, marcada por la confianza absoluta, encarna el Evangelio vivido entre los marginados. León XIV concluyó encomendando el Jubileo a la Virgen María, cuya voz en el Magníficat revela las preferencias de Dios. Pidió que la fe de los cristianos se transforme en fraternidad, entrando en la lógica del Reino «donde el amor que acoge, cura y consuela se convierte en signo visible de la presencia de Dios en el mundo.»

Fuente: Vatican News.