Papa Francisco: El pesebre es un signo de nuestra fe que no debe perderse

viernes, 6 de diciembre de 2019
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06/12/2019 – El Papa Francisco dijo que el belén de Navidad es “un signo simple y hermoso de nuestra fe que no debe perderse” porque es “una manera auténtica de comunicar el Evangelio, en un mundo que a veces parece tener miedo de recordar lo que realmente es la Navidad”.

Así lo indicó el Santo Padre al recibir este en audiencia a las delegaciones de las regiones italianas del Trentino y del Véneto que regalaron en este año el árbol de Navidad y los pesebres de la Plaza de San Pedro y del Aula Pablo VI del Vaticano.

En su discurso, el Pontífice recordó que el pasado 1 de diciembre visitó la población de Greccio para visitar el lugar donde San Francisco hizo el primer belén y en donde publicó la Carta Apostólica “Admirabile signum”.

Sobre el pesebre, nacimiento o belén navideño, el Santo Padre destacó que “es un signo simple y hermoso de nuestra fe y no debe perderse, al contrario, es bello que se transmita de padres a hijos, de abuelos a nietos”.

“Es una manera auténtica de comunicar el Evangelio, en un mundo que a veces parece tener miedo de recordar lo que realmente es la Navidad, y borra los signos cristianos para conservar sólo los de un imaginario banal, comercial”, advirtió el Papa.

Asimismo, el Papa señaló que esta noche se encenderán las luces que adornan el árbol de Navidad en la Plaza de San Pedro que permanecerá junto al pesebre hasta el final de las fiestas navideñas y “ambos serán admirados por numerosos peregrinos de todo el mundo” por lo que agradeció “por estos dones, y también por los árboles más pequeños destinados a otros lugares del Vaticano”.

Sobre el abeto rojo que regalaron, el Papa explicó que “representa un signo de esperanza, especialmente de sus bosques, para que se limpien lo antes posible y comenzar así el trabajo de reforestación”.

En cambio, sobre el pesebre, Francisco subrayó que está hecho “casi en su totalidad de madera y compuesto de elementos arquitectónicos característicos de la tradición de Trento que ayudará a los visitantes a saborear la riqueza espiritual de la natividad del Señor” y añadió que “los troncos de madera, procedentes de las zonas afectadas por las tormentas, que sirven de telón de fondo al paisaje, subrayan la precariedad en la que se encontraba la Sagrada Familia esa noche en Belén”.

Al finalizar su discurso pronunciado en el Aula Pablo VI del Vaticano, el Santo Padre contempló brevemente “el belén artístico de Conegliano que ayudará también a contemplar la humilde gruta donde nació el Salvador” y les deseó de corazón “a todos los habitantes de estas regiones, que pasen la natividad del Señor con serenidad y fraternidad”.