“Pedro pecó gravemente y el Señor le perdonó”, sostuvo el Papa en Santa Marta

jueves, 5 de septiembre de 2013
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“Cuando llega el Señor, tengo miedo de que pase y no me entere”, aseguró el Papa Francisco en la Misa celebrada en Santa Marta, utilizando una cita de San Agustín. El Santo Padre reflexionó durante la homilía sobre los modos recurrentes en los que Cristo se manifiesta en la vida de un cristiano, ofreciendo apoyo y confiando a cada uno un deber.

“Una promesa que consuela, una petición de generosidad, una misión que cumplir. Así se hace presente Jesús en la vida de un cristiano. No deroga nunca esta triple modalidad”, indicó Francisco. El Papa explicó con estas palabras el episodio del Evangelio cuando Cristo se muestra a Pedro, Santiago y Juan con el símbolo de la pesca milagrosa: “Antes que nada, Jesús le ratifica a Pedro, que quedó estupefacto por el milagro, prometiéndole hacerle pescador de hombres. Después le invita a dejarlo todo para seguirle, por tanto le confía una misión. En el caso de los Apóstoles, el Señor ha pasado en sus vidas con un milagro. No siempre pasa ante nosotros o en nuestro interior con un milagro, pero siempre se hace sentir”.

"Siempre, cuando el Señor llega a nuestra vida, cuando pasa por nuestro corazón, te da una palabra y también esta promesa: ‘Ve hacia delante, ánimo, no temas, ¡porque tú harás esto!'. Es una invitación a la misión, una invitación a seguirle. Y cuando llega este segundo momento, vemos que hay cosas en nuestra vida que no funcionan, que debemos corregir y las dejamos con generosidad. O también hay algo en nuestra vida de bueno, pero el Señor nos inspira a dejarlo, para seguirle más de cerca, como sucedió aquí: estos dejaron todo, dice el Evangelio. ‘Sacaron a tierra las barcas, dejaron todo, barcas, redes, ¡todo! Y lo siguieron'”, sostuvo el Papa.

“Sin embargo, -aseguró Francisco- Jesús no nos pide que dejemos todo para ir tras un fin que está oscuro. Al contrario, el objetivo queda claro enseguida y es un objetivo dinámico. Jesús nunca dice : ‘Sígueme', sin hablar de la misión. Nosotros vamos detrás de Jesús para hacer algo concreto. Ir por el camino de Jesús no es un espectáculo. Vamos detrás de Él para hacer algo: esa es nuestra misión”.

Finalmente, el Pontífice indicó: “Es una verdadera oración cristiana cuando se siente al Señor que nos expresa sus palabras de consuelo, de paz y de promesa. Hay que tener el coraje de dejar atrás lo que nos impide ir detrás de Él rapidamene para asumir la misión que se nos encomienda. Esto no quiere decir que no existan las tentaciones. ¡Habrá muchas! En ese caso hay que recordar que Pedro pecó gravemente, renegando de Jesús, y el Señor le perdonó. Santiago y Juan pecaron de arribismo, queriendo estar los primeros, pero el Señor también les perdonó”.