Un mensaje a los jóvenes de kenia que alcanza a la Argentina y al mundo: corrupción, fundamentalismos y tragedias de la vida

viernes, 27 de noviembre de 2015
image_pdfimage_print

27/11/2015 – En sus últimas horas en Kenya, Francisco participó de un encuentro con los jóvenes reunidos en el Estadio “Casa de los héroes” en la ciudad de Nairobi. Allí, fue recibido en medio de la euforia y la alegría de más de 50 mil jóvenes, que bailaron un flashmob para homenajearlo.

Algunos jóvenes acercaron al Papa sus preguntas a las que él respondió en español y con espontaneidad, dejando de lados sus papeles, lo que despertó una gran complicidad con los jóvenes que lo escuchaban en un profundo silencio y con atención.

El mensaje a los jóvenes Kenianos también está dirigido a los Argentinos. Cuando fue interrogado sobre la corrupción, Francisco relató un hecho que le sucedió en Buenos Aires y no dejó de mencionar la corrupción en el mismísimo Vaticano:

Yo me acuerdo que en mi patria un joven de 20, 22 años quería dedicarse a la política. Estudiaba entusiasmado, iba de un lado para otro. Y consiguió un trabajo en un ministerio. Un día tuvo que decidir sobre qué cosa había que comprar. Y entonces pidió tres presupuestos. Los estudió y eligió el más barato. Y fue a la oficina de su jefe para que lo firmara. ‘Y ¿por qué elegiste este?’ ‘Porque hay que elegir el más conveniente para las finanzas del país’. ‘No, hay que elegir aquel que te dé más para ponerte en el bolsillo’, contestó. Y el joven le respondió a su jefe: ‘Yo vine a hacer política para hacer grande a la patria’. Y el jefe le contesta ‘Yo hago política para robar’.

Este comentario del Papa, no es al pasar, y se convierte en una denuncia y en un reclamo unido al de los obispos argentinos que desde hace tiempo piden al Estado trabajar con decisión para vencer “el cáncer de la corrupción” en nuestro país. En 2008 en un histórico documento llamado “Hacia un bicentenario en justicia y solidaridad 2010-2016” los obispos expresaron con pesar que “ lamentablemente no se ha podido erradicar un histórico clima de corrupción”. Al comienzo de este año, durante la Asamblea General, el Episcopado Argentino entre otros desafíos frente al año electoral, incluyó “la lucha contra el narcotráfico y la trata de personas; la transparencia en la administración pública y la lucha contra toda forma de corrupción”.

Manuel, un joven kenyano, contó al Papa Francisco su dolor frente a sus amigos tomados por el fundamentalismo y la violencia y preguntó a Francisco cómo impedir el reclutamiento y cómo hacerlos volver. Éste fenómeno tan doloroso del que Manuel, el “joven teólogo”, como lo denominó Francisco, está presente en otros países del continente negro e incluso más allá de sus fronteras. Francisco habló de la necesidad de educación y trabajo: “Si un joven no tiene trabajo, ¿qué futuro le espera? Y ahí entra la idea de dejarse reclutar. Si un joven no tiene posibilidades de educación, incluso de educación de emergencia, de pequeños oficios, ¿qué puede hacer? Ahí está el peligro. Es un peligro social que está más allá de nosotros, incluso más allá del país, porque depende de un sistema internacional que es injusto, que tiene al centro de la economía no a la persona sino al dios dinero”.

También preguntaron a Francisco por la presencia de Dios en medio de las tragedias de la vida, a lo que el Papa respondió que existe un sólo camino y es mirar al Hijo de Dios. “Dios lo entregó para salvarnos a todos, Dios mismo se hizo tragedia, Dios mismo se dejó destruir en la Cruz. Y cuando estés sin entender algo, cuando estés desesperado, cuando se te viene el mundo encima, mira a la Cruz. Ahí está el fracaso de Dios. Ahí está la destrucción de Dios. Pero también ahí está un desafío a nuestra fe, la esperanza, porque la historia no terminó en ese fracaso sino en la Resurrección que nos renovó a todos”.

Incluso hubo lugar para confidencias, y Francisco confesó cómo hace para mantener la esperanza. Ahí contó que en su bolsillo siempre lleva un rosario para rezar y un pequeño vía crucis, con los pasos de sufrimiento de Jesús entre que es condenado a muerte y su sepultura. ”Con estas dos cosas, me arreglo como puedo. Pero gracias a estas dos cosas no pierdo la esperanza” respondió el Papa mientras esbozaba una sonrisa y se desataba un largo aplauso en la multitud de jóvenes reunidos para escucharlo y conocerlo.

 

Padre Javier Soteras, director de Radio María Argentina

desde Kenya