Padre José Luis Quijano, un Misionero de la misericordia

miércoles, 27 de enero de 2016

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27/01/2016 – José Luis Quijano, sacerdote, párroco de la parroquia Santo Cristo, quien pronto tomará posesión de la parroquia Inmaculada Concepción (Tigre), fue designado por el Papa Francisco como Misionero de la Misericordia.

Los misioneros de la misericordia son sacerdotes que, durante el Jubileo de la Misericordia, tendrán la facultad de perdonar los pecados que solamente pueden ser absueltos por la Santa Sede.

En diálogo con Radio María el padre José dijo “Estoy como sorprendido” con este nuevo llamado, tarea que el Santo Padre le confía.

“El anuncio del misionero de la misericordia son sacerdotes designados a lugares en donde haya que hablar de la misericordia, dar una buena nueva”, agregó. “Para ser misericordioso no hay que hacer un curso, es algo que tenemos todos” dijo Quijano

El Papa Francisco define al misionero de la Misericordia en la ula Misericordiae Vultus. De la siguiente manera : “Serán un signo de la solicitud materna de la Iglesia por el Pueblo de Dios, para que entre en profundidad en la riqueza de este misterio tan fundamental para la fe. Serán, sobre todo, signo vivo de cómo el Padre recibe a cuantos están en busca de su perdón. Serán misioneros de la misericordia porque serán los artífices ante todos de un encuentro cargado de humanidad, fuente de liberación, rico de responsabilidad, para superar los obstáculos y retomar la vida nueva del bautismo”

A su vez la autoridad vaticana resaltó cinco rasgos que los Misioneros de la Misericordia deberán poseer y desarrollar para esta tarea:

Ser personas con paciencia: El Arzobispo Fisichella señala que los Misioneros de la Misericordia “deberán ser personas con paciencia para conocer los límites de las personas, y expresar la cercanía de Dios, ambos relacionados con la misericordia”.

Ser buenos predicadores: El don de la palabra tampoco es algo que llegue solo con la ordenación. Los sacerdotes deben esforzarse para hacer accesible a todos el mensaje de resurrección y de vida eterna de Cristo, por ello “necesitamos buenos predicadores para hablar sobre la misericordia”, resaltó el Arzobispo.

Ser grandes confesores: Ya decía el Papa Francisco que el confesionario no es una “sala de tortura” ni tampoco una “sesión de psiquiatría”. El Arzobispo Fisichella señaló que el confesionario deber ser “un lugar de acogida, de compresión donde encontrar el perdón” y para ellos necesitamos “grandes confesores”.

Disposición para viajar: El Misionero de la Misericordia, como su propio nombre indica, tendrá que salir en misión, y viajar mucho para ir a las periferias del mundo a anunciar de Evangelio a quienes perdieron la fe en Cristo o todavía no le conocen. “Pediremos que viajen por todo el mundo, y habrá programas de intercambio entre las diócesis de todo el mundo”, dijo el Prelado.

Tener espíritu de sacrificio: “Los misioneros de la misericordia deben estar a disposición todo el año, desde el punto de vista de la reconciliación, trataremos de explotar su presencia”, señaló. Aunque los Sacerdotes de la Misericordia serán elegidos por los obispos en colaboración con el Pontificio Consejo de la Nueva Evangelización, también los sacerdotes podrán presentar su candidatura que por iniciativa propia dirigiéndose a los prelados. Además, para la elección de los sacerdotes, también será importante la opinión de los Obispos Eméritos.