12/08/2016- El día de hoy Radio María entrevistó a Magdalena Pardo, secretaria de la Fundación ALMA, organización social que promueve el acceso a la salud de chicos y adolescentes en riesgo social, encargada del tren-hospital que, después de treintaicinco años, se encuentra hoy fuera de servicio y a la espera del cumplimiento del contrato firmado con autoridades nacionales para su reparación.
El tren-hospital ALMA brinda atención primaria de salud a comunidades del norte argentino alejadas de centros urbanos, con acceso limitado a puestos sanitarios. Hace exactamente un año, el tren descarriló en uno de sus viajes de servicio y fue enviado a un taller de reparación, donde sufrió un incendio y quedó completamente fuera de uso. Desde ese momento, se gestionó y firmó con el Estado Nacional el contrato que garantizaba la entrega de cuatro vagones nuevo y su acondicionamiento para el traslado y la prestación del servicio.
El contrato, cuenta Pardo, fue cumplido a medias ya que los vagones fueron entregados pero las obras de acondicionamiento de los vagones han sido concretadas. “Llevamos un años sin viajar y sólo depende de una decisión oficial”, declaró la secretaria de la fundación, agregando que la confirmación del cumplimiento del comodato sólo puede darla en Ministro de Transporte Guillermo Dietrich. “El contrato no pide al Estado equipos médicos, sino instalaciones sanitarias, eléctricas y de tabiquería para poder acondicionar los vagones”, aclaró.
Anteriormente, el tren-hospital contaba con tres vagones, destinados a la sala de máquinas, al alojamiento de voluntarios y profesionales, y al hospital. Dentro del equipo de profesionales con los que contaba el servicio se encontraban pediatras, odontólogos, técnicos en rayos, bioquímicos, enfermeros y trabajadores sociales. Actualmente, si bien se han realizados visitas por otros medios de transporte, la falta de actividad de la organización generó que muchos de los voluntarios con lo que se contaba no se encuentren más disponibles.
“Hay gente esperando por este servicio, cuentan con eso porque existió por treinticinco años”, dijo Pardo, quien además contó que la labor en las zonas vulneradas es fundamental ya que se lleva historia clínica de los pacientes y seguimiento de todos los casos. “Un año entero sin atención implica una pérdida de tiempo grande en relación a la salud de las personas”, agregó la secretaria, indicando que son entre 500 y 800 niños y jóvenes los que reciben asistencia médica en cada visita, además de charlas y talleres de promoción de salud.
Para colaborar con donaciones, voluntariado o difundiendo el caso para insistir con el cumplimiento del contrato, Prado invita a ponerse en contacto mediante los medios digitales que ofrece la organización. “Necesitamos que se visualice la situación para que llegue a los oídos pertinentes”, declaró.
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