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20/08/2014- En un programa especial de “Semillas del Reino”, desde el Arzobispado de San Juan de Cuyo, el Padre Melchor Lopez conversó con Mons. Alfonso Delgado, Arzobispo de esa arquidiócesis y Delegado de la Región Cuyo en la Asamblea Permanente de la CEA. Juntos reflexionaron en torno a la vida y obra del Beato José Gabriel del Rosario Brochero.
Hablando sobre la santidad, muchas veces mal entendida o mostrada como algo etéreo, encontramos en el Cura Brochero un vivo ejemplo de evangelio hecho obras y palabras. “La santidad está al alcance de la mano, diríamos, en cuanto a que Jesucristo quiere la santidad y porque el camino para ser santos es ese compromiso con esa gracia en lo cotidiano de cada día. Dios no nos pide lo extraordinario” comenzó diciendo el P. Melchor López.
Mons. Delgado comentó que el camino de la plenitud de la fe y del amor que es la santidad, está incluso cuando dormimos, porque ahí ofrecemos nuestro sueño a Dios para descansar y al día siguiente servir a nuestros hermanos. Nos levantamos, ofrecemos nuestro día a Dios, nos enojamos, pedimos perdón, nos alegramos, ayudamos al hermano, trabajamos, asuimimos nuestras responsabilidades… “La vida sencilla de cada día, el trabajo, la familia es camino de santidad y se convierte en ocasión de hacer el lío de la fe, de compartir el amor que Dios nos tiene y la fe en Jesucristo. El que se sabe amado y querido por Dios como no va a querer compartirlo con otro, sabiendo que se acrecienta en la medida que se comparte” indicó.
¿Qué nos dice hoy Brochero desde la realidad de nuestro país? “Nos dice lo mismo que leer el evangelio en donde vemos a Jesucristo que se interesa por la fe, por las almas y por los cuerpos de las personas… No se puede amar a Dios en serio sin amar a los hermanos, y no se puede amar a los hermanos como una intelequia, pura alma, sino como personas reales de carne y hueso en su situación propia. Y Brochero con los dones que había recibido dice “acá falta educación” y ¿cómo hacemos? Habrá que hacer caminos y tantas otras obras de bien para toda la comunidad de modo natural y espontáneo” reflexionó el obispo de San Juan de Cuyo.
Brochero nos hizo ver que esa promoción humana o social, que es buscar el bien real de mis hermanos, eso no era por ideología o a cambio de algo, sino que brotaba del amor de corazón de Cristo, amor del Buen Pastor. Él podía impulsarlo y proponerlo, por eso también cumplió esa misión de buen ciudadano de acercar esta mirada comprometida. Así consiguió a veces poco y a veces mucho, pero sobre la base del esfuerzo personal y de todos sus paisanos, agregó el obispo.
Un cura normal y sencillo que desde su amor a Jesucristo pudo dejar huellas en su tiempo y que siguen siendo actuales.
Además, el obispo adelantó que se están estudiando algunos posibles milagros, ocurridos por intercesión del Beato José Gabriel del Rosario Brochero: “Hemos recibido favores sencillos y otro no tanto, uno de ellos podría ser un milagro. Cuando esto acontece se genera un tribunal para estudiar y asimilar y luego enviar a Roma”.
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