Catequesis del Viernes de la XX Semana Durante el Año
Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en ese lugar, y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba:"Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?".
Jesús le respondió: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu.
El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
El prójimo al que debemos amar es también el forastero, el huérfano, la viuda y el indigente, es decir, los ciudadanos que no tienen ningún "defensor". El autor sagrado se detiene en detalles particulares, como en el caso del objeto dado en prenda por uno de estos pobres (cf. Ex 22, 25-26). En este caso es Dios mismo quien se hace cargo de la situación de este prójimo.
[1] (Extracto Homilía conclusiva del XII Sínodo de los Obispos, Basílica de San Pedro en el Vaticano, 26 – X – 2008)
[2] (Esta es mi lección favorita y la que más uso, fue inspirada por Edward J. Craddock en 1945 en Beaumont, Texas.)
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