22/09/2016 – El Doctor Enrique Orchanski, especialista en pediatría, abordó el tema de la paternidad y la adopción. ¿Es lo mismo ser padres a tener hijos?.
“Hay un deseo primigenio, sobretodo instalado en la mujer, de fructificar. Tener hijos, es pensar en la inmortalidad en realidad, es pensar en la continuidad, pelear con la finitud de las cosas, es creer que va a haber continuidad en el tiempo y esos gestos o caritas parecidas van a continuar. Este deseo hay que pensar y repensarlo en todos: en quienes tienen hijos biológicos y los des-adoptan cada tanto, o quienes no tienen hijos biológicos y los adoptan” comenzó diciendo el especialista.
Orchanski dijo que él propone en todas las discusiones es elegir a los hijos todos los días, no solamente cuando los buscamos y gestamos y los tuvimos por primera vez en brazos, sino cada día con sus características con sus defectos con sus molestias, con sus brillos, con sus cosas positivas y con sus todos. Re elegirlos es re adoptarlos.
“Yo estoy hablamos últimamente de soledad infantil, osea chicos huérfanos con padres vivos. Es tal la vorágine y la preocupación, sobretodo por ellos porque hablo de gente buena preocupada por sus hijos pero tan preocupadas que ni los miran” alertó.
A modo de ejemplo, explicó que no los elegimos cuando buscamos cumplir nuestros sueños en ellos y no los de ellos. “Es como cuando elegimos un colegio por nuestros recuerdos allí cuando en realidad ellos no son para ese colegio; obligarlos a ciertas rutinas o que haga piano o juegue al básquet como su abuelo o su papá. Es decir, marcarles rumbos que no son necesariamente leer la esencia de cada uno ni decidir el camino de cada uno. Por ejemplo, no respetar la singularidad y creer que todos los hermanos son iguales”.
“Yo entiendo que uno busque emparejar para que no se noten diferencias, pero existen diferencias: este nació poeta y aquel atleta. Hablo de no adoptarlos es no leerlos todos los días, no saber quién es quién y no elegir para cada quién lo que corresponden. Hay chicos que se crían en macetas pequeñas, otros en macetas enormes y otros que necesitan crecer en el campo”.
“Cuando una familia no ha fructificado biológicamente hay un primer paso de leer por qué no tuvieron hijos. Hay un 80% de parejas que no han podido tener hijos propios que no tienen que ver con razones físicas. Es muy probable que luego de la adopción es como si se abrieran puertas emocionales y aparecen chicos biológicos. Es como si hiciera falta romper un candado que no estaba claro” contó.
Orchanski, después de colaborar durante 10 años con el grupo de Adopción y guarda de la Provincia de Córdoba, pudo descubrir que “hace falta un tiempo largo y profundo para hacer claramente el duelo de ser estériles. Si no hay un duelo o un entendimiento completo de la esterilidad, y un duelo y una cicatrización de esa herida, ese niño lo único que va a hacer es tapar una herida y después no vamos a saber qué hacer con ese chico. Sino el hijo satisface solamente el deseo de tener un hijo y no necesariamente de criar para siempre un hijo. No solamente puede ser limitado el deseo de ser padres para tener el hijo en brazos y listo”.
El Dr Orchanski contó sobre una investigación en base al seguimiento durante 15 años de padres que habían adoptado hijos. “En las parejas en las que hubo duelo por la esterilidad la vida es plena y la integración es plena. Cuando el niño viene a tapar una situación puntual ocurren abandonos en presencias” explicó.
“Es muy fácil darse cuenta” comentó y agregó que “las familias que han hecho el duelo en cuanto llega el niño comienzan a contarle la historia de cómo lo buscaron y cómo llegaron a dar con él, contaban la verdad desde el comienzo. Los padres que no habían elaborado el duelo no sabían qué decirles a los hijos o postergaban la verdad hasta cierta edad provocando mucho enojo en los chicos”.
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