08/11/2016 – Las adicciones a las drogas no es un problema que afecte únicamente a adolescentes y jóvenes y despierta interrogantes y preocupación. El Dr Mirolli es médico especialista en inmunología, ha dado conferencias en países de todo el mundo sobre prevención, drogas y adicciones. ¿Cómo ayudar, cómo prevenir? Lo conversamos en un mano a mano con él desde los estudios de Radio María Argentina.
Comenzando la charla, el Doctor Miroli confesó que le duele en el alma que se mire a los adolescentes y jóvenes casi como discriminándolos y que reza cada día al Espíritu Santo para que le permita antes de cada charla, “lograr que la gente cuando alguien diga “Vamos a dar una charla de drogas” no piense en un adolescente, mucho menos en una adolescente pobre, y menos en un adolescente pobre de una villa marginal”.
Además invitó a que cuando pensemos en drogas no pensemos en los otros, sino también en uno mismo, en que también nos puede pasar. “No se puede hacer prevención con palabras, sino con testimonios, con ejemplos de vida. Para enseñar a cuidarse tengo que saber cuidarme y para ello tengo que no tener la soberbia de creer que no me va a pasar, como pasa con los pecados” comentó.
Hablar de drogas, desde su perspectiva implica pensar también en un adulto, en un embrión, en un feto… no sólo en adolescentes y jóvenes, por ejemplo:
+ Droga en lactantes: “El dealer incita a cada chico, en cambio, la mamá embarazada dice a su bebé “quieras o no ahí tenés alcohol”. No tiene tanto derecho, porque ella no sabe que cuando estás embarazada ya no sos vos sino que son dos pero hay alguien que es más importante que vos.
Me gustaría que cuando decimos drogas que alguien piense en lactantes, tomando el pecho de una mamá que está fumando paco, o que ha consumido marihuana o alcohol y el bebé consumiendo esas sustancias por la leche materna.
+ Adultos mayores: “Cuando decimos droga me gustaría que alguien piense en un adulto mayor de 80 que decidió dejar de creer en la vida después de la murte, y habiendo dejado de pensar en eso, hoy piensan en la canción de Frank Sinatra “A mi manera” terminan con que nada hay después. Y muchos mayores de 80 frente a esta perspectiva están haciendo su primera experiencia para ver cómo es un porro o una droga”.
+ Adultos con poder adquisitivo: Me gustaría que pensemos en aquellos que consumen éxtasis que vale de $300 a $400 pesos el comprimido o los que consumen “Superman” que vale de $800 a $900 el comprimido.
La conversación también giró en torno a la prevención y el trabajo puntual con los jóvenes. “Me encantaría que nadie diga “he venido a hacer algo por los jóvenes” porque lo que tenemos que hacer mucho es con ellos. En primer lugar escucharlos, atenderlos, aprender de ellos, copiar algunas de sus maravillas y sugerir cosas que los ayuden a corregir sus errores. Son magníficos, les encanta cuando hay por detrás el respeto” dijo el especialista.
Ante esta inquietud, el Doctor Mirolli respondió que “en primer lugar que sea siempre tu amigo y que sea más amigo ahora. Es un padeciente”. Allí el médico explicó que la Organización mundial de la Salud ya lo ha definido como una enfermedad crónica que evoluciona con recaídas. “Estamos frente a una persona que padece, que está usando sustancias químicas y se unen a receptores que pueden ejercer toxicidad. Esta persona quedó atrapada por un objeto y quedó adherido, adicto.
Hablando de quien padece una adicción, Mirolli dijo que “como si fuera el chavo del 8 sin querer queriendo cada vez quiere más y cuando lo usa sufre porque siente que quería no hacerlo y cuando no lo usa sufre porque entra en abstinencia. Ese círculo vicioso hace que necesite más que nunca nuestro abrazo de amigo y afecto”.
Allí explicó que erróneamente se ha acompañado la imagen del que consume droga con la violencia “y esto hace que muchos se alejen por miedo. La mayoría no son violentos, la violencia es otra enfermedad, la droga no genera violencia sino que despierta lo que ya estaba”.
En una especie de resumen con tips, el especialista recomendó tres pasos:
+ Primer remedio ir a abrazar. Muchas veces ocurre el error de creer que con mi abrazo lo voy a curar, pero no, con mi abrazo tengo que llevarlo a alguien que lo pueda tratar. + El segundo remedio saber que yo no lo puedo curar pero sí recomendarle todos los días que vaya a un especialista. “No puedo ni debo llevarte de prepo pero no puedo abandonarte”. + Hacerlo con una sonrisa: Insistir cada día pero siempre con una sonrisa. No se ayuda con un insulto ni cara triste, se ayuda con una sonrisa. Es muy difícil animarse a pedir ayuda a quien te mira mal.
+ Primer remedio ir a abrazar. Muchas veces ocurre el error de creer que con mi abrazo lo voy a curar, pero no, con mi abrazo tengo que llevarlo a alguien que lo pueda tratar.
+ El segundo remedio saber que yo no lo puedo curar pero sí recomendarle todos los días que vaya a un especialista. “No puedo ni debo llevarte de prepo pero no puedo abandonarte”.
+ Hacerlo con una sonrisa: Insistir cada día pero siempre con una sonrisa. No se ayuda con un insulto ni cara triste, se ayuda con una sonrisa. Es muy difícil animarse a pedir ayuda a quien te mira mal.
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