16/08/2017 – En la programación de la radio, tenemos la bendición de contar con un espacio de formación a cargo del Padre Mateo Bautista, máster en Pastoral de la Salud y Licenciado en Teología Moral y Espiritual. Hace unos meses, el especialista viene tratando el tema del duelo del perdón, ofreciendo una visión nueva y llena de misericordia. El lunes pasado, en base al Evangelio de Mc 11, 24-26, el sacerdote habló sobre “Los caminos espirituales del perdón”.
“Veamos como una enfermedad al proceso que implica pedir y dar el perdón. Si nos cuesta, es porque tenemos una herida profunda y necesitamos internarnos en terapia intensiva para hacer un proceso de sanación”, propuso el Padre.
Cuando estamos enfermos, lo primero que hay que hacer es acudir al médico para que nos ayude. Escuchar el diagnóstico del profesional, tomar la medicina que nos receta, seguir sus recomendaciones y dejar todo en manos de Dios. “Hay que trasladar estos pasos al duelo del perdón”, afirmó el sacerdote. Y aclaró que, en primera mediada, es importante reconocerse enfermo: “Si disimulo o me automedico, estoy en problemas”.
Por eso, el primer camino espiritual para el perdón es la Palabra de Dios. “No podemos llegar al puerto del perdón sin la Palabra de Dios. Al escuchar Su Palabra escuchamos al Súper médico de todos los tiempos. Cuando escuchamos la Palabra de Dios tenemos que aceptarla y dejar que nos ilumine. La Palabra de Dios tiene la misión de desbaratar nuestra lógica humana para que entre la lógica Divina y lleguemos a la conversión”, explicó el especialista.
La oración es el segundo camino para la sanación. “La oración es el canal por el que nos comunicamos con el Súper médico. Es un camino extraordinario para desbloquear nuestra incapacidad de perdonar, nos ayuda a disponer el corazón y, al ser un trato de amistad con quien sabemos nos ama, aumenta nuestra confianza en Dios”, manifestó el Padre Mateo.
El tercer camino espiritual para el perdón es el Sacramento de la Reconciliación. Al respecto, el sacerdote dijo que es muy importante la humildad para este Sacramento. “Al recibirlo, sentimos una sobreabundancia de Gracia que abre el corazón”.
El cuarto camino es la Eucaristía. “Una vez que hemos escuchado al médico y seguimos sus consejos, es probable que nos sintamos sin fuerza, como anémicos. Tenemos que alimentarnos bien y la Eucaristía es el mejor alimento. En este acto nos nutrimos de la lógica Divina, nos rociamos del Espíritu Santo”, expresó el sacerdote.
Finalmente, el Padre Mateo invitó a orar para que no nos quedemos en la enfermedad de no pedir perdón, para que tengamos la salud de recibir y dar el perdón.
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