25/08/2017 – Esta semana, el Papa Francisco nombró arzobispo de Tucumán al Padre Carlos Sánchez, quien hasta ahora se desempeñaba como párroco de La Victoria-Basílica Nuestra Señora de la Merced, en San Miguel de Tucumán. En diálogo con Nestor Rocchiccioli, el Padre Sánchez manifestó que “hace 29 años recibí, sin merecerlo, un don de Dios que es el sacerdocio. Y ahora tengo un nuevo llamado del Señor en esta tarea episcopal. Simplemento quiero que Dios siga haciendo su obra de amor en esta Iglesia de Tucumán que tanto amo”. El sacerdote indicó que seguramente será ordenado obispo en octubre.
Conmovido por las repercusiones de la comunidad local por su nombramiento, el Padre Sánchez destacó que “yo he aprendido en la Iglesia de Tucumán a creer y a amar a Cristo”. Consultado por la sorpresa de su designación, el nuevo arzobispo norteño dijo que “el Francisco es impredecible. Todo esto supera cualquier cálculo humano”. Asimismo, expresó: “Conozco a la Iglesia de Tucumán y sé que es una comunidad muy viva. Y sé que su Presbiterio es creyente, laburador, comprometido y sacrificado”.
Cuando se le pidió conocer cuál es su sueño para esta nueva tarea pastoral, el Padre Carlos no dudó en decir que quiere que “Jesús en su Misericordia pueda reinar en el corazón de los tucumanos. Pretendo ser un signo vivo y trabajar por tantos hermanos postergados y tristes para que conozcan la alegría de que Jesús está vivo”. El Cardenal Luis Villalba, administrador diocesano de Tucumán en este tiempo de transición no dudó en ir a saludar a su amigo a la Basílica de la Merced, en pleno centro de San Miguel de Tucumán. Una de las fotos que acompañan este contenido muestra ese encuentro en el atrio de la Basílica, en un marco de enorme alegría comunitaria.
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