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16/10/2009 El nacimiento.
martes, 20 de octubre de 2009
El mensaje del ángel Gabriel a María no fue solo el de que iba a ser la mamá del Mesías, también el ángel le habló de Isabel, la prima de María, que estaba esperando un hijo en su vejez y que se encontraba ya en su sexto mes de embarazo. Entonces María salió a compartir con ella la alegría de la buena noticia. María muy jovencita aprenderá de su prima muchas cosas.
Cuando llegó María a la casa de su prima Isabel, que estaba ubicada en los cerros de Judá, la recibió con mucha alegría con un saludo:
“¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!”
En ese momento María llena de gozo alabo a Dios con un canto. Y se quedó unos tres meses con ella y después volvió a su casa.
José y María tuvieron que dejar la casa de Nazaret en los días que estaba por nacer el niño y partieron hacia Belén. Cuando llegó el momento del parto, José buscó un lugar para llevar a María, a donde pudiera atenderla y ayudarla. Pero no había una habitación libre en la pequeña aldea… entonces se refugiaron en un establo, donde duermen los animales… allí prepararon una pequeña cuna con paja para ubicar a Jesús. Cuando María dio a luz a su hijo, lo envolvió en pañales y lo acostó en el pesebre. A pesar del frío y la soledad del campo, María, José y el niño se sentían profundamente felices y sabían que Dios los acompañaba y bendecía desde el Cielo, cuidando cada uno de sus pasos.
Jesús fue un bebé como nosotros… tuvo hambre, sueño, frío… se reía y también lloraba y disfrutaba estar en los brazos de su Mamá y de su papá. Pero Jesús, era Dios también, y aceptó participar del Plan de Salvación del Papá del Cielo, cumpliendo la misión que estaba pensada para él…
Esta misión está comenzando ahora…
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