29/10/18 – Jesús nos invita a levantar la mirada, sin esperar la mejor ocasión ni perder el tiempo, nos encontremos donde Él se hace uno con nosotros. Donde el cielo y la tierra se juntan, ese es nuestro horizonte.
Lc 13,10-17
Jesús rompe con el orden establecido para poner las cosas en su lugar, para vivir desde la caridad que nos permite vivir sana y plenamente. El amor es capaz de sorprendernos desordenándonos, pero más aún es capaz de traernos el verdadero orden porque el verdadero orden está dado para lo que fuimos hechos, para el amor.
El amor nos libera de pesadas cargas. Detengámonos por un instante y veamos las cargas pesadas que llevamos sobre los hombres y dejemos que el amor de Dios nos guíe en un proceso de liberación que verdaderamente transforme. Dios nos quiere con horizontes. Para caminar en este sentido liberándonos de las cargas que nos oprimen nada mejor que dejarnos llevar por la motivación propia que genera el amor a Dios y a los hermanos.
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