20/12/2018 – Un hombre conversaba con un amigo:
– “¿Nunca pensaste en casarte?” – “Sí pensé” -respondió- pero ocurrió que en mi juventud resolví buscar a la mujer perfecta. Crucé el desierto, llegué a una ciudad y allí conocí una mujer muy espiritual y linda; pero ella no sabía nada de las cosas de este mundo.” – “Continué viajando, y fui a otra ciudad; allí encontré una mujer que conocía muchas cosas del mundo y el del espíritu, pero no era bonita.” – “Entonces resolví ir hasta otra ciudad, muy lejana, donde encontré una mujer bonita, religiosa y conocedora del mundo” – “¿Y por qué no te casaste con ella?” preguntó intrigado su amigo. – “¡Ah, compañero mío-respondió- lamentablemente ella también quería un hombre perfecto!”
– “¿Nunca pensaste en casarte?”
– “Sí pensé” -respondió- pero ocurrió que en mi juventud resolví buscar a la mujer perfecta. Crucé el desierto, llegué a una ciudad y allí conocí una mujer muy espiritual y linda; pero ella no sabía nada de las cosas de este mundo.”
– “Continué viajando, y fui a otra ciudad; allí encontré una mujer que conocía muchas cosas del mundo y el del espíritu, pero no era bonita.”
– “Entonces resolví ir hasta otra ciudad, muy lejana, donde encontré una mujer bonita, religiosa y conocedora del mundo”
– “¿Y por qué no te casaste con ella?” preguntó intrigado su amigo.
– “¡Ah, compañero mío-respondió- lamentablemente ella también quería un hombre perfecto!”
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