25/12/2018 – “Es desde el lugar de los olvidados, de los pobres, de los no dignos de la sociedad, donde Dios se hace presente. Ir a este lugar, no como un lugar donde vamos a llevar algo, sino donde nos vamos a encontrar con un Dios que se da a conocer”, reflexionó el padre Javier Soteras, director de Radio María Argentina, en torno a la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, La Alegría de evangelizar, del Papa Francisco.
En este contexto, recordó la importancia de sentirnos pobres para recibir al Niño que nace en un humilde Pesebre: “A nosotros viene la Navidad, y no viene pidiendo permiso, no mandan antes a alguien que haga un chequeo para ver si está en condiciones la casa para recibir al Redentor, va llegando, y encuentra un lugarcito donde le hacemos espacio, y que esté como esté -aclaró- como el Pesebre”, dijo el Padre Javier.
Por otra parte, expresó que “Las personas son en su conciencia un sagrario donde Dios vive”. “Por por lo tanto -completó- mirar a las personas y mirar a los pobres particularmente con esta perspectiva de saber descalzarnos delante de ellos y de contemplarlos como Dios los mira -que es viéndose a él mismo- en la mirada que les proyecta, es la forma de levantar al pobre del lugar de exclusión”.
Consecuentemente, trajo a la memoria las palabras del papa Francisco, cuando habla del pobre mirado con desprecio, con una mirada de ninguneo, donde es considerado un desecho: “porque hay personas que son consideradas desecho de la humanidad, cuando no forman parte de los procesos de producción”, describió el Padre Javier.
Nuestro compromiso no consiste exclusivamente en acciones o en programas de promoción y asistencia; lo que el Espíritu moviliza no es un desborde activista, sino ante todo una atención puesta en el otro. Quiero expresar con dolor que la peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención espiritual. (E.G. 199-200)
“Entonces nuestro ir a la periferia para encontrarnos con los pobres es ir con esta mirada de atención pastoral-espiritual, desde el lugar desde donde el pobre nos muestra a Jesús y donde nosotros podemos ayudar a que el pobre desarrolle en su persona, desde los más intimo, este lugar de dignidad que no lo da un alimento, una casa”, acertó el sacerdote.
Nos invitó también a anunciar a Jesús al pobre, con el fin de que se encuentren con su propia dignidad y valor: “Por vos valió la pena que Jesús muera en la cruz”. “Revelarle a una persona el amor que Dios nos tiene, es el mejor regalo que le podemos hacer”, expresó el Padre Javier. Y agregó que “Por eso el Papa insiste mucho en que pongamos atención en la mística en nuestro trabajo con los pobres. No hay una ascética, una actividad, una respuesta adecuada pastoralmente, si no tiene una mística que la inspire”, dijo.
Y completó, “La vida del cristiano no es una vida de acción sin sentido, es una vida de acción inspirada, y la inspiración la da el Espíritu Santo, que es quien revela cómo es el modo de estar con el pobre”.
En este sentido, citó a Mamerto Menapace, cuando decía: <Lo más peligroso de los pobres es que te roban… el corazón>. “Su pobreza -dijo el Padre Javier refiriéndose al pobre- está llena de un montón de riquezas que nosotros nos perdemos”. “Jesús vive en el pobre”, acertó.
Finalmente, leyó un fragmento de la exhortación apostólica, donde el papa Francisco habla sobre el valor de sentirse amado, por encima de todas las cosas:
El pobre, cuando es amado, «es estimado como de alto valor», y esto diferencia la auténtica opción por los pobres de cualquier ideología, de cualquier intento de utilizar a los pobres al servicio de intereses personales o políticos. Nadie debería decir que se mantiene lejos de los pobres porque sus opciones de vida implican prestar más atención a otros asuntos. (E.G. 200-201)
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