18/11/19-En el duelo de la Virgen María encontramos presencia, ofrecimiento, desapego, entrega, misión. Su duelo comienza ya en el rito de la presentación de Jesús en el templo (Lc 2,22-39). Con este gesto se ofrecía a Dios creador las primicias del propio vientre, denotando con ello la soberanía de Dios sobre todo y sobre todos. Es el primer desapego de la Virgen.
El padre Mateo Bautista es sacerdote camilo, Lic. en teología moral y espiritual, Doctor en teología de la Pastoral de la Salud; nos acompaña cada lunes en el programa “Hoy puede ser”.
El desapego de María tiene sabor a elaboración de duelo, porque escuchará del viejo Simeón: «Y una espada atravesará tu alma para que se descubran los pensamientos de muchos corazones» (Lc 2,35). Estas palabras marcarán la vida y la misión de la Virgen Santa. Simeón anuncia a María que pasará por un sufrimiento total; por ser un sufrimiento total el de Jesús. Las madres sufren doblemente: por ellas mismas y por sus hijos.
Cuando hablamos de los dolores de la Virgen María no nos tenemos que limitar a los dolores y sufrimiento en el Calvario, Fueron muchos dolores a lo largo de la vida de la Virgen María. Los duelos tienen relación con el amor y la vocación de la persona. Los duelos son una expresión de cómo es nuestro amor a los demás y cómo es nuestro amor a Dios.
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