A buscar el abrazo,
A agradecer por el amigo,
A compartir el mate, el beso
y el sentido de la hermosa compañía
de aquel que está conmigo.
Cuando las puertas se abran, ¿Habremos aprendido?
A dejar la pantalla, de imágenes sin sentido,
Y ver el rostro alegre del que conversa conmigo,
de aquel que es ignorado, por estar sumergido,
en virtuales compañías, que de nada han servido.
Cuando las puertas se abran,¿Habremos aprendido?
Que la maestra gana poco, por explicar las tareas,
por comprender a mi niño.
De cuán importante son los valores que él se lleva consigo,
en la pesada mochila de la poca atención que le brindo.
Que el médico es un héroe,
De bata y barbijo,
Que entrega su vida
Para salvar como un Cristo,
que aceptó este trago amargo
Entre salas y pasillos
Sin poder ver a los suyos,
Porque vos y yo estemos vivos.
Cuanto las puertas se abran, ¿Habremos aprendido?
Que la misa es dispensario
Del pan, de Jesús vivo.
Que lo dejamos de lado
Por el fútbol del domingo,
Por la plaza, los encuentros,
Por el pariente que vino,
Porque mañana ya es lunes
Por el agitado ritmo que vivo.
Y hoy lo busco
y me arrodillo ante la pantallita,
Y es irónico te digo.
Cuando las puertas se abran
Espero, mi amigo
Que la lección de la vida
la hayamos aprendido.
Que la conciencia de todos,
es la llave del futuro.
Hoy, hoy quédate en tu casa,
Abrazalos a tus hijos
Por aquellos que no pueden,
Y por los que fueron vencidos.
Hoy quédate en tu casa
Y pedile a Dios conmigo
Que cuando las puertas se abran
Algo hayamos aprendido.
Rubén Vega – 19.03.2020
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