Padre Mateo Bautista recuperado del Covid-19: “Es muy importante dar y darse; no tenemos que hacer una prisión interior con nuestro sufrimiento”

lunes, 1 de junio de 2020
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Foto: Padre Mateo Bautista, sacerdote camilo.

01/06/2020 – “Este duelo comunitario, complicado, novedoso y extraordinario, hay que elaborarlo con nueva mentalidad y visión, con nuevos paradigmas”, dijo el Padre Mateo Bautista, sacerdote camilo, quien se ha recuperado del Covid-19, después de haber transitado la enfermedad.

El Covid-19 es un auténtico duelo. Duelo primero por sufrimiento, por una situación adversa. Pero duelo también es cómo se afronta una situación. “Siempre que hablemos de duelo tomamos dos grandes frentes: una situación de pena o sufrimiento, y la otra acepción es cómo miro a los ojos al sufrimiento y le saco provecho al sufrimiento. Duelo como sufrimiento y duelo como trabajo.”

Es importante la experiencia de duelo
La experiencia de haber vivido, trabajado y superado el duelo nos da madurez. Los duelos no se improvisan. El dolor y sufrimiento va a llagar, hay que afrontarlo. “Si puedo decir que los duelos anteriores me enseñaron, allí se hizo un buen trabajo. Los duelos trabajados nos dan recursos interiores para afrontar nuevos duelos. Puedo elegir si voy a ser víctima de los que sufrí, o me hago protagonista y saco provecho de mi sufrimiento.”

El sufrimiento soy yo
“El sufrimiento no está por las calles, el sufrimiento soy yo. Por ello es algo que tengo que trabajar conmigo mismo. Por esa razón es importante la actitud y aptitud. Cómo o afronto y como acciono ante el dolor. Cuando hay un sufrimiento grande en nuestra vida y pasa el tiempo; la causa del sufrimiento no cambia, pero nosotros podemos cambiar al hacer un trabajo sobre nosotros mismos. Si hay una transformación es por yo he hecho un trabajo conmigo. Hay que ver el duelo como una posibilidad. El sufrimiento es un lugar sagrado que hay que respetar.”

Yo soy siempre más grande que mi sufrimiento
“En nuestros mayores duelos nos sentimos desbordados. Es por ello que es importante no evadirse y hacerme dueño de mi sufrimiento. Potenciemos nuestra fe en el Dios de la vida, nuestro Padre Creador y Salvador, y en los recursos espirituales y eclesiales que sostienen y fortalecen nuestra esperanza y amor, aportando una visión del hombre auténticamente humana y trascendente. Yo soy siempre más grande que mi sufrimiento, porque Dios está conmigo. Cultivemos, como auténticos ciudadanos del cielo y de la tierra, ahora más que que nunca, la prudencia , la justicia, la fortaleza y la templanza. Sobre todo la esperanza.”

No te pierdas de escuchar la entrevista completa en la barra de audio debajo del título.