23/03/2021 – El cambio climático, denunciado por el papa Francisco como una de las consecuencias de los pecados contra la “Casa común”, es uno de los fenómenos que hace de la meteorología una ciencia esencial para la protección y el cuidado de las personas.
Cada 23 de marzo se conmemora el Día Meteorológico Mundial para recordar la puesta en marcha del Convenio para la creación de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que tiene por objetivo asegurar el bienestar, protección y seguridad de toda la humanidad.
La meteorología es la ciencia interdisciplinaria, de la física de la atmósfera, que estudia el estado del tiempo, el medio atmosférico, los fenómenos producidos y las leyes que lo rigen. Y el término meteorología viene del griego “meteorón” que significa “alto, en el cielo” y “logos”, conocimiento, es decir: “el conocimiento de lo que ocurre en el cielo”.
Con la meteorología hemos aprendido que lo que ocurre “en el cielo” sucede también por lo que acontece en la tierra, en particular en los océanos que ocupan el 70 por ciento de la superficie terrestre. Este año, el tema de reflexión propuesto por la OMM es el “océano, nuestro clima y nuestro tiempo”, porque el océano tiene una función esencial en los fenómenos climatológicos, es uno de los principales condicionantes del tiempo y el clima del planeta. Y también es importante porque no se puede olvidar la función trascendental que desempeña en el cambio climático.
Por todas estas cosas la meteorología resulta cada vez más de utilidad para entender el mundo en el que vivimos, incluidos los efectos del cambio climático, al punto de que puede ayudar a salvar vidas y proteger bienes, al reducir el riesgo de desastres, y también para velar por la viabilidad de las economías. Con esta apreciación coincidieron los meteorólogos Marcelo Madelón y Milagros Álvarez Imaz, a quienes entrevistamos en el programa Diálogos de Actualidad.
Madelón dijo que la meteorología resulta vital hoy para varias necesidades humanas, entre ellas, el cuidado del planeta y la actividad productiva. Destacó los avances logrados para poder establecer pronósticos más precisos y tendencias sobre la variabilidad climática que puede impactar en la actividad agropecuaria, por ejemplo.
Por su parte, Milagros Álvarez Imaz, quien participó en una investigación internacional sobre las tormentas que se producen en Córdoba, dijo que es necesario seguir investigando los fenómenos climáticos para poder comprender más y mejor las tormentas y prevenir catástrofes. “Podemos anticipar lo que va a ocurrir, pero no podemos dominar a la naturaleza”, dijo la meteoróloga.
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