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Tomar decisiones desde el corazón de Jesús
martes, 3 de abril de 2007
Tras decir estas cosas, Jesús se conmovió en su espíritu y dijo con toda claridad: “En verdad les digo: uno de ustedes me va a entregar.” Los discípulos se miraron unos a otros, pues no sabían a quién se refería. Uno de sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba recostado junto a él en la mesa, y Simón Pedro le hizo señas para que le preguntara de quién hablaba. Se volvió a Jesús y le preguntó: “Señor, ¿quién es?” Jesús le contestó: “Voy a mojar un pedazo de pan en el plato. Aquél al cual se lo dé, ése es.”
Jesús mojó un pedazo de pan y se lo dio a Judas Iscariote, hijo de Simón. Apenas Judas tomó el pedazo de pan, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: “Lo que vas a hacer, hazlo pronto.”
Ninguno de los que estaban a la mesa comprendió por qué Jesús se lo decía. Como Judas tenía la bolsa común, algunos creyeron que Jesús quería decirle: “Compra lo que nos hace falta para la fiesta…”, o bien: “da algo a los pobres.” Judas se comió el pedazo de pan y salió inmediatamente. Era de noche.
Cuando Judas salió, Jesús dijo: “Ahora es glorificado el Hijo del Hombre y Dios es glorificado en él. Por lo tanto, Dios lo va a introducir en su propia Gloria, y lo glorificará muy pronto.
Hijos míos, yo estaré con ustedes por muy poco tiempo. Me buscarán, y como ya dije a los judíos, ahora se lo digo a ustedes: donde yo voy, ustedes no pueden venir.
Simón Pedro le preguntó: “Señor, ¿adónde vas?” Jesús le respondió: “Adonde yo voy no puedes seguirme ahora, pero me seguirás más tarde.” Pedro le dijo: “Señor: porque no puedo seguirte ahora? Estoy dispuesto a dar mi vida por ti.” Jesús le respondió: “¿dar tu vida por mí? En verdad te digo que antes de que cante el gallo me habrás negado tres veces.”
Juan 13, 21 – 37
Estamos en presencia del drama de la pasión, muerte y resurrección de Jesús, esta dramática situación tiene un punto fuerte de desenlace en la Cena del Señor, un ambiente de intimidad, de memoria, de recuerdo, de legados que Jesús deja, de herencias que entrega a los discípulos el Señor, mientras hay un clima de sereno gozo y de fiesta muestra este otro costado presente también en su corazón, el drama de la traición y el dolor que le supone el saber y anticiparle a Pedro que lo va a negar tres veces antes de cante el gallo, evidentemente la cruz ya está presente, el Gólgota se ha anticipado en la Cena Pascual porque el dolor mas grande que Jesús padece no tiene que ver con lo físico sino con lo que moralmente está sufriendo Jesús ante lo que se ha confabulado alrededor de Él, pero mas dolorosamente lo que supone la traición, la entrega de uno de los discípulos y la negación de aquel que Él ha elegido para dar continuidad a la vida de la Iglesia.
En ese ambiente de intimidad, además de Judas, de Simón Pedro que dialoga con Jesús, de los doce que están allí reunidos aparece otro personaje que siguiendo las enseñanzas que nos deja el cuarto Evangelio no es uno en particular sino es aquel que aparece como el discípulo ideal, el discípulo amado, el modelo de discípulo.
Para muchos en la tradición de la Iglesia ha sido el mismo Juan, el autor del cuarto Evangelio, sin embargo por los estudios bíblicos particularmente de Joaquín Jeremías se ha podido descubrir que en realidad este discípulo no es uno en particular sino que es como el modelo discipular al que todos debemos aspirar, este discípulo se ubica en un lugar distinto de Simón y de Judas, él se recuesta sobre el corazón de Jesús para participar de los secretos que van como cruzando el corazón del Maestro.
Todos estos personajes junto a Jesús están en un ambiente que esta marcado por la alegría, el gozo de la pascua pero al mismo tiempo por el profundo dolor que supone la traición y la entrega, en este clima Jesús anuncia que la traición se acerca y que uno de ellos lo va a negar, nosotros permanezcamos buscando estar cerca de Jesús para escuchar sus secretos, para recibir su enseñanza, en este tiempo de pascua, pero por sobre todas las cosas para sintonizar con su drama para después también hacernos uno con su gloria, nos metamos en el misterio pascual, hoy es un drama que atraviesa Jesús, uno de sus discípulos lo traiciona, aquel en quien confió la conducción de su Iglesia lo niega, esto es ya la cruz anticipada.
Debemos evitar en nuestra mirada en torno a la figura de Judas Iscariote el considerar que así estaba previsto, que alguien lo entregara y le toco en suerte a él, le podría haber tocado otra actuación en el reparto, no es una escena de un teatro la que estamos contemplando, es la vida del Señor que se nos ofrece abundantemente y nos está invitando a tomar una decisión frente a esta ofrenda que él hace de su propia vida, ocurrió en aquel escenario y ocurre hoy en el nuevo escenario de la vida, es una decisión libre que toma Judas frente a Jesús y una decisión que no ha sido tomada de un día para otro sino que uno siguiendo las enseñanzas del Evangelio de San Juan puede descubrir que este acto de negación tiene su prelación remota por ejemplo en la multiplicación de los panes, en aquel momento Judas aparece también mostrando su costado enfermo en la relación con Jesús, y el Señor ha dicho que uno de ellos es un diablo y que lo va a entregar, en la Cena de Betania en el evangelio de Juan donde María aparece lavando los pies de Jesús con ese perfume de nardo puro de alto precio y secándolo con sus cabellos, encuentra en contrapartida a ese gesto de amor que supone el corazón de María el corazón duro, por otra parte, de Judas que anda pensando si eso no se podría haber vendido para que los pobres tengan qué comer, en realidad era un ladrón, dice el Evangelio de Juan y le interesaba lo que iba a parar a la bolsa de la que él era administrador, todo se va preparando, hay un camino distinto, Judas tiene una perspectiva mesiánica que no la viene a cubrir Jesús y por lo tanto este tiene que terminar, es decir debe morir, el mesianismo que Judas sueña es un mesianismo propio de los Iscariotes, de los que asaltaban a los del imperio en las esquinas de las calles en los caminos, es un mesianismo por la violencia y que tenía connotaciones políticas y económicas, de esta imagen mesiánica participan otros de los discípulos pero el corazón corrompido de Judas hace que termine tan mal en su perspectiva, encerrado en su parecer que este que apareció entre nosotros como una posibilidad de respuesta a la expectativa que él y otros tenían lo podríamos sacar de en medio y terminan por sacarlo de en medio, no hay conciencia en Judas de que Jesús es el Hijo de Dios, tampoco la tienen los otros discípulos, solo que este se deja llevar por su idea, por su parecer y termina por quitar de en medio definitivamente entregándolo por unas treinta monedas de plata.
Las decisiones importantes en la vida, las que marcan un rumbo en la vida no son de un día para otro, se van tomando poco a poco, las que positivamente nos orientan según un proyecto que nos hace plenamente felices y las que también destruyen nuestra vida, la libertad humana va construyendo un proyecto de vida en plenitud o un anteproyecto destructivo en opciones concretas, cotidianas que se van tomando en la medida en que la vida en lo de todos los días va aconteciendo.
Por otra parte la ruptura entre Judas y la comunidad de los otro once y Jesús, no ocurre como un hecho determinado por Dios que eligió a este como actor de reparto en la traición y le tocó a él, no, es un acto libre que Jesús lo viene anticipando, que el Señor no lo quiere pero le toca sufrirlo, así lo ha permitido el Padre para que el mismo Jesús pueda experimentar este dolor grande que ocurre en la vida humana y hacerse uno de nosotros también en esto, en la traición para redimirnos de ella misma, el Jesús que aparece aquí es uno que invita a la entrega de la vida en aquello que menos nos gusta, el Señor ha sabido esquivarle a las amenazas de muerte que había sobre él y sin embargo ahora ha descubierto que llegó su hora y a nada tiene que esquivar, ni aun a la situación que supone la traición de un amigo entregándolo a la muerte, vendiéndolo por treinta monedas de plata.
Frente al misterio de la Pascua de Jesús hay opciones que hacer, frente al misterio de la entrega de la vida del Señor por nosotros, no podemos permanecer indiferentes, el Evangelio de San Juan dice: “Quien no esta con Jesús está contra Jesús”, “Quien no camina en la luz camina en las tinieblas”, “Quien no anda en la verdad miente”, este Evangelio nos muestra que frente al misterio de Jesús no podemos andar con medias tintas, es verdad aquello que la Palabra nos dice respecto de nuestro vínculo con el Señor, es sí o no, en el libro del Apocalipsis se revela este misterio de no poder permanecer tibiamente en relación con el Señor, a la tibieza, a la media tinta Dios la expulsa, es claro que el Señor al decir todo esto que va anunciando con la entrega de la vida en la Última Cena pone a los discípulos en situación de opción, pero una opción que no puede ser un arrebato del corazón, emocionalmente entusiasmado por la amistad con Jesús, un arrebato de momento, Pedro es testigo de esto, “Señor, te seguiré a donde vayas” arrebatado emocionalmente por una decisión que no ha madurado en su corazón, que no ha madurado el Espíritu en su corazón, es mas una expresión de deseo que una voluntad firme detrás de Jesús que Pedro tendrá que construir dolorosamente haciendo la experiencia de fracaso en el seguimiento de Jesús, como esta de negarlo tres veces antes de que cante el gallo.
El Señor invita ha hacer una opción por él o no, en este hacer una opción por él o no algunas adquieren carácter definitivo, a esas les llamamos opciones fundamentales de vida, el mismo Judas aparece haciendo una opción fundamental negativa, en contra de Jesús, al punto tal que el no seguimiento de Jesús va a terminar con su propia vida, la Palabra nos lo muestra después de aquella traición y de la entrega por treinta monedas de plata ahorcándose, terminando con su propia existencia, mientras que hay opciones que no adquieren el carácter de lo fundamental sino que fluctúan en nosotros, como es el caso de Pedro que lo niega pero después en su arrepentimiento vuelve a tomar el camino para otra fundamentalmente por Jesús y termina sufriendo como el Señor, también se lo ha anticipado en la misma suerte que él, “Te aseguro que no cantará el gallo antes de que hayas negado tres veces al Maestro” aunque después el mismo Señor le va a decir al final del encuentro con Él en el lago de Genezaret en Tiberíades, que va a seguir la misma suerte del Maestro, otro va a tomar su vida y lo va a conducir a donde el no quiera, estaba hablando del tipo de muerte que Pedro iba a sufrir con la que iba a entregar su propia vida.
Las opciones que vamos haciendo en la vida son las que nos permiten estar o no con el Señor, permanecer con Él o negarlo, estar de cara a su misterio o sencillamente darle la espalda, cómo se va construyendo eso, se va construyendo en las opciones cotidianas que vamos haciendo a favor o en contra del Señor, “Quien no esta conmigo esta contra mí” dice Jesús, esto es claro en este texto, Judas no está con Jesús está contra él, Simón Pedro está madurando estar con el Señor pero no termina de estar con Él y a pesar de su deseo emocionalmente expresado “Yo no te abandonaré jamás, iré con vos hasta donde vayas” todavía esto no es tan cierto en él, no es tan real, es mas una expresión emotiva que una voluntad firme, madurada en la cruz con el Maestro, esto tendrá que aprenderlo Pedro en el camino de todos los días hasta llegar a entregar su vida por el Maestro, es bueno que a la luz de esta Palabra nos preguntemos cómo estamos, ¿estamos de cara al Señor o le estamos dando la espalda? Esto lo podemos saber por las pequeñas opciones que vamos haciendo en lo de todos los días, uno puede decir bueno pero no es mi intención estar de espaldas a Jesús, pero es la realidad que lo puede estar indicando que así es, no es mi deseo negarlo a Jesús, quiero estar con Él siempre, como Pedro, pero la verdad que cuando me aprietan un poquito me brota del corazón lo que tengo dentro y evidentemente mi expresión de deseo no logra coincidir con una voluntad realmente firme a favor del proyecto de Jesús y rápidamente sucumbo, caigo, me pierdo en lo que el ambiente, las circunstancias y todos los condicionamientos que hay alrededor de mi vida me hacen ir por otro camino distinto por donde el Señor me quiere llevar que es compartir con Él la pascua.
Idealmente aparece en este texto el discípulo amado, idealmente por este discípulo es según la perspectiva que presenta el exegeta Joaquín Jeremías un proyecto de discípulo al que hay que apuntar, este discípulo amado antes de tomar una determinación, antes de hacer una opción apoya su cabeza en el corazón de Jesús y sus opciones están emparentadas con la sintonía que en su corazón hay con el palpitar del corazón de Cristo, este discípulo amado aparece fielmente acompañando el camino del Maestro cuando va a ser condenado el lo sigue desde lejos y cuando aparece crucificado esta allí junto a María, con lo cual Juan nos está diciendo que el que vive en sintonía con el corazón de Jesús, su palpitar y su sentir, el que antes de tomar una decisión se pone de corazón en las manos del Señor puede acompañarlo a Jesús hasta el final del camino.
Hay como tres modelos de determinación de la propia vida en el texto que nos ofrece Juan 13, 21-38, por un lado esta negación sistemática que viene arrastrando Judas y que Jesús no es que lo descubra misteriosamente aquella noche como el que lo va a negar, la negación de Judas es un modo permanente de actuar que termina por verse reflejado en la entrega del Maestro vendiéndolo por treinta monedas de plata, por otra parte aparece Simón Pedro que tiene deseos importantes de corazón pero no maduros en el seguimiento de Jesús y su opción no es tan claramente decidida de corazón frente al proyecto de Jesús y en el medio aparece el discípulo amado que es el modelo ideal de discípulo que es capaz de ir hasta el final del camino porque supo poner en comunión su corazón con el corazón del Maestro, porque antes de decidirse por algo escuchó el palpitar y el sentir de Jesús y en todo caso desde ese lugar hizo su opción.
La Palabra a la luz del misterio de la pascua de Jesús anticipado en la Última Cena nos invita a pensar dónde estoy parado yo en mi opción por el Señor, no solamente qué deseo sino realmente cómo estoy parado frente al Maestro, es tiempo para revertir nuestra situación, como el discípulo amado antes de hacer una opción, cualquiera sea, disponer de un tiempo importante para escucharlo al Señor que te invita a seguir un camino de cruz para la resurrección.
Cuando San Ignacio de Loyola en los ejercicios, al comienzo, invita al ejercitante a meterse en su vínculo con el Señor, en su relación con el Señor a partir de estos días de ejercitarse en el encuentro con él dice con qué espíritu debe ejercitarse el ejercitante y dice San Ignacio: “con gran ánimo y liberalidad”, con ánimo grande, bien dispuesto y con liberalidad interior que es un clima de elección de la reforma de la propia vida yendo de más tras más, siempre más, ese más no es así en cosa grandiosa o grandilocuente sino un más detrás de la voluntad de Dios.
El mas de opción puede ser un menos en otro sentido, como en aquel pasaje del Evangelio del endemoniado de Guerasa que después de ser curado por el Señor le pide al Señor estar con Él, que sería lo más, pero Jesús despidiéndose de él le dice “vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho contigo”, este el más de él, el más tiene que ver con la voluntad de Dios no con mi parecer, con mi capricho, con mi buena voluntad, con mi buena disposición sino la voluntad de Dios “Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho contigo”, era más que su deseo lo que Dios le estaba pidiendo, era mas que su sueño de irse detrás de Jesús para continuar con Él el camino, este más en la opción, el ir de más tras más de cara al Señor, a lo que nos invita hoy la Palabra desde la imagen del discípulo amado es un ambiente o un clima de elección o de reforma de la vida desde dentro, podría ser esta la razón por la que indica el Beato Fabro en memorial a quien estaba dando los ejercicios de mes, a quien luego será San Pedro Canicio “Otro día visitando al maestro Pedro, Fabro que se estaba ejercitando durante un mes conforme al modo nuestro de ejercicios, tuve algunos argumentos de grande evidencia con los cuales mas claramente que nunca entendí cuánto importa para discernir los espíritus atender más que a los pensamientos y hablas interiores al mismo espíritu que por los deseos y afectos, por la fortaleza de ánimo o la debilidad, por la tranquilidad o la inquietud, por la alegría ola tristeza y por semejantes afecciones espirituales se suele manifestar porque por estas cosas, o sea sentimientos, afectos, en verdad se puede juzgar mas fácilmente el alma y de huéspedes que por sus mismos pensamientos o ideas”.
En el Evangelio que compartimos esto se ve claro, Pedro dice “te seguiré donde vayas” la idea es clara pero Jesús ha discernido que en el corazón de Pedro por más que tenga muy buenas ideas hay una actitud interior distinta “Me negarás tres veces antes de que cante el gallo”, es decir lee el ánimo desde donde Pedro está parado mas que la buena idea o la buena intención que está en el corazón de Pedro, algunos aun con muchas contemplaciones, distinciones y meditaciones en los ejercicios pueden entender la variedad de los diversos espíritus, siempre parece que los mueve un mismo espíritu aunque en esto haya mas o menos, para provocar esta distinción o variedad de espíritus es un medio eficaz la proporción de elección de vida y estado y luego en cada estado los varios grados o medios de caminar en la perfección y en general cuanto le propusiera cosa mas alta para obrar, para creer o para amar, para aplicarse a ellas efectiva y afectivamente, tanto con mayor facilidad le dará materia en el que se provoquen las diferencias del espíritu bueno y del malo.
La pascua de Jesús hace que las personas que lo rodean tomen una decisión, Él está diciendo que el camino del mesianismo es este, el de la kénosis, el de la humildad, el de la entrega de la vida, el de la humillación, Dios pondrá en alto al que se ofrezca humildemente y con un corazón entregado, mientras Él va diciendo esto hay movimientos distintos en la comunidad, esta el de ideal de discípulo, el discípulo amado, está el que lo niega, Pedro a pesar de no querer negarlo y el que lo traiciona. Se puede ver cómo se mueven los distintos espíritus, lo que determina esto es el grado de exigencia que supone la entrega de la vida de Jesús, el que está moviendo a la aparición de los distintos espíritus es Jesús, las distintas actitudes de vida es Jesús y la entrega de su propia vida. Para responder a mas tras mas, para meternos en la línea donde el Señor nos invita a ir en celebración de la Pascua, para reafirmar nuestra opción por Él y fortalecer nuestra elección el clima donde debe darse esto es vivir según la voluntad de Dios, qué es lo que intenta hacer el discípulo amado que aparece aquí escuchando el corazón del Maestro, el sentir interior del corazón del Maestro, entra en comunión con Él y por eso puede llegar hasta el pie de la cruz.
Padre Javier Soteras
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